Ciencia ficción con tintes psicológicos entretenida, que no es poca cosa. Pero desgraciadamente por motivos evidentes pienso en Punxsutawney y su marmota, cumbre de la comicidad de los años 90 con un Phil Connnors desmadrado desde la parquedad gestual, y en la comparativa pierde la Cienciología.
Ojo, que me parece una película estimable, incluso destacada entre la marea oceánica de millares de películas futuristas de variado pelaje que nos invaden desde hace aproximadamente cuatro o cinco años. Cruise es casi siempre -casi- garantía de producto cinematográfico bien hecho a la manera que la industria lo entiende: buena factura, historias que atraen, repartos solventes al cien por cien, etcétera. Incluso se arriesga a resultar cómico pretendiendo ser héroe de acción en ocasiones pasados los 50, muy bien llevados sea dicho de paso.
Su personaje resuta molesto de inicio por arribista de manual; y luego casi en héroe por accidente se redime a nivel planetario sin quererlo ni beberlo, lo cual junto con otros detalles, que no se deben contar sin destripar la película, hacen de muchos momentos de la película realmente graciosos dentro de un tono general serio.
Grandes efectos visuales, que te meten en situación -especialmente en la invasión de Francia Normandía 2.0- y una resolución un poco enmarañada quién sabe si a conciencia debido a lo dificultoso de la propia historia de ficción que se nos cuenta. Interpretaciones varias al calor de una trama complicada.
Se me hizo un pelín larga, pero es recomendable sin duda. Emily Blunt sigue siendo un enigma para mi como actriz: no entiendo cómo logra tantos papeles destacados en proyectos de relevancia.
Nota: 6,45.