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Samoa Samoa · Вели́кий Но́вгород
Voto de Leonid Nikolaievich:
3
Drama Galicia, años 40. Al mismo tiempo que sortea los rigores de la posguerra, Elena (Verdú) y su hijo Lorenzo (Roger Princep) mantienen las apariencias para ocultar los secretos de la familia: Elenita (Irene Escolar), la hija adolescente, se ha fugado embarazada con su novio Lalo (Martín Rivas), un joven fichado por la policía; y su marido (Javier Cámara) vive oculto en un hueco practicado en el dormitorio matrimonial. Por si fuera poco, la ... [+]
12 de septiembre de 2015
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La muy noble y leal comarca, corte en lejano siglo, hace la digestión del cocido y de la olla podrida…”

La heroica ciudad no duerme la siesta, ni la Verdú, ni el pillastre eclesiástico. Lo hace el espectador, que espera, ambiciona, anhela… y nada.

Los años del cólera, los Cuarenta nacional-católicos fueron oscuros. Mucho. De ahí que la progresía zurda se centre en lo evidente: represión, pajas y hambre.

Raúl Arévalo, un Fermín de Pas de brocha gorda, actúa bien. El problema es muy otro. La Regenta progre hace secretar al pobre vicario miasmas monacales pero impúdicas.

Y luego está Cámara, enchironado en su casa por bermejo, masón, besteirista... Sabe alemán y hace traducciones al führer para comer.

Semejante plantel no da mucho de sí.

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El wolframio, Hendaya, Salazar…

Cuerda da una clase magistral de Historia para los niños de la LOGSE, que son casi casi como los de la Posguerra en lo que a cultura se refiere.

Cuerda es un Juan de Orduña del alma humana, como dijo Benet del pobre Fedor.

Cuerda construye a brochazos. Calca los presupuestos del realismo socialista, esto es, asumiendo situaciones típicas de oposición.

Dialéctica entre el hommo fascius libidinoso contra el republicano intelectual avant-garde.

Y de ese conflicto intelecto-masturbatorio surge un bajorrelieve precioso, histórico, típico. Donde personajes típicos llevados por situaciones típicas acaban de forma típica.

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En fin, que no hay pasión, ni sensualidad, ni interés.

Hay tragedia, hipocresía y muerte. Lo cual estaría bien si lo contase otro.

A saber, alguien con talento.

Erice dijo todo eso y más. Clarín se cebó con la clerigalla. Bulgákov abrasó a los artistas-burócratas.

Cuerda no puede porque es uno de ellos. Del sindicato vertical, de la SGAE o de Qatar Foundation. Me da lo mismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Leonid Nikolaievich
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