La magia construida al servicio del espectador es lo que logra una vez más el director James Cameron con la segunda entrega de una de las sagas más ambiciosas en la historia del cine como tal.

Lo realizado por el mesías de los blockbusters es una verdadera experiencia cinematográfica que nos transporta a una realidad paralela en donde todo es posible y no puedes cuestionar nada porque estás tan maravillado con lo que estamos viendo que francamente estás maravillado con el espectáculo visual que nos están entregando.

Es cierto no es un guion que sea novedoso o único, es un guion totalmente simplista, pero que se ve envuelto en un trabajo tanto de dirección como de creación de todo el espectáculo que dejas de lado la trama para enfocarte en como te llega a sorprender la escena siguiente o la secuencia próxima y eso es gran mérito de un director que sabe manejar muy bien el ritmo y la intensidad de una película que sobrepasa las tres horas de duración, pero que no se sienten para nada extensas.

Técnicamente, es una película brillante y glamorosa, llena de colores, sonidos, luces y efectos que nos llevan a un paraíso hecho realidad.

En cuanto a su núcleo, dentro de la simplicidad de su guion nos encontramos con momentos que son un gran acierto, más allá de la espectacularidad que significan sus secuencias de acción en su clímax final, pero puedo destacar el momento en que la película dedica un tiempo para entrar en esta conexión con la naturaleza y llevarnos a esa reflexión de los tiempos que estamos viviendo y como vamos destruyendo lo que nos rodea. Es una película que genera emociones y eso se lo doy a un guion que por simplista que sea logra tener momentos que le hacen destacar por sobre la monstruosidad de una puesta en escena que se lleva todos los laureles.

Me he disfrutado mucho más esta segunda entrega que su primera parte, me parece un poco más redonda que la primera en cuanto a emotividad. Gustos personales, ya que ambas carecen del mismo problema de guion, pero esta segunda entrega al menos entrega cosas más tangibles para el momento actual.

Una tardía crítica lo sé de una de las películas que peleo la carrera por los Oscar, pero nunca es tarde para encontrar el momento de ver una película que quitara tres horas de tu vida, pero que en sensaciones han valido la pena, por qué James Cameron lo ha vuelto a hacer, nos brinda un nuevo espectáculo llamado cine.