Gran película, aunque de duración excesiva y a ratos algo soporífera. Nos muestra la vida de un auténtico nihilista que emprende un viaje hacia Alaska, con el único fin de desprenderse de todo aquello que convierte al ser humano en un esclavo de la sociedad: dinero, ropa, casa, familia, comodidades...

En el fondo la película nos muestra el mensaje romántico más perroflautístico del mundo: renunciar a todo, incluso a tu integridad física y psíquica por nadar a contra corriente.

Y como ya dijo en su momento Blade: "Sólo los hijos de puta intentan patinar cuesta arriba"...

Es una gran película, no tanto por su realización, pues Sean Penn no dota de personalidad a las imágenes y hay excesivos recesos y elipsis que mortifican el ritmo de la historia principal. Pero obviado esos pequeños pecadillos de director novel, la película tiene mensaje y es el propio viaje hacia la catarsis, la belleza contemplativa y el no mirar atrás de un personaje que huye de lo que él cree que es la la cárcel existencial de su familia y sociedad, para al final darse cuenta que todo aquello que ha hecho estaba determinado por su pasado: familia disfuncional, expectativas rotas y desencanto con el pútrido american way of life. Sólo huía de si mismo y el miedo al compromiso.

Por lo demás, excelente historia. Película sólo apta para mentes de combustión lenta y sosegada.