Afrontar el visionado de Paisaje en la Niebla, requiere una ardua tarea previa de preparación: primero, estar con el suficiente buen ánimo, para poder asimilar, la insoportable inmensidad de su tristeza. No es la película que uno quisiera ver un lunes por la mañana en pleno invierno.

Es una película muy dura, larga y que a muchos les llegará a parecer soporífera. Con personajes vagamente perfilados, ya que no hay mucho dialgo, el frío helandolo todo. La crisis existencial de dos niños que vagan en la nada, sin rumbo hacia una ilusión por encontrar el amor.

En esa búsqueda, lo que encontrarán cambiará sus vidas para siempre, en un viaje sin rumbo cuya única significación es el avanzar y avanzar hacia delante, con la esperanza de dejar atrás una existencia vacía.


Lluvia, niebla, frío, humedad... La película te hace transitar por cientos de sensaciones como si alguna vez hubieras vivido alguna de sus situaciones. Fue rodada en 1988, pero creo que su mensaje sigue aun hoy vigente: una crisis no sólo económica, si no existencial que nos empuja a buscar un lado íntimo sobre el que guarecernos cuando ya no te queda nada más en éste mundo.

El personaje de la niña y del chico de la moto, son de lo mejor. Pues aun en éste mar de desolación, hay una esperanza para el amor y la fraternidad.

Me quedo con la frase final "La primera vez, siempre es así"...

Dura de ver, pero sientes que algo ha cambiado en ti.