Viene todo bien hasta que Scorsese nos confirma quiénes son los asesinos.

De ahí en más vemos que las órdenes para matar a tal o cual son dadas a los gritos, a plena luz del día y con gente alrededor, e inmediatamente nos preguntamos: ¿cómo puede ser que no sepa todo el mundo quiénes son los asesinos y se haga necesaria la llegada del FBI?

No sé, no entiendo.

¿Puede ser que los Osage sepan todo el tiempo quiénes son los culpables pero no se lo digan a nadie, ni siquiera a los espectadores?

No sé, no creo.

Igual es buena película. Larga, sí, pero no aburrida. Quizá sea aburrida para verla entera en el cine, pero es claramente atrapante cuando uno la ve en casa a la hora que quiere y con todas las interrupciones que se le antojan.