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Islandia Islandia · Castilla Libre y Comunera
Voto de Dani:
10
Drama El joven doctor Yasuoto regresa a su pueblo después de estudiar en Nagasaki, pero en cuanto llega sufre una gran desilusión: en lugar de ser nombrado médico del shogun lo envían a una clínica que cuenta con muy pocos recursos y está dirigida por un médico apodado "Barbarroja". Allí, el nuevo interino adopta una actitud arrogante, negándose a usar uniforme y rebelandose contra el resto de médicos. (FILMAFFINITY)
9 de junio de 2010
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acostumbrados al ritmo vertiginoso del montaje hollywoodiense, actualmente, las películas japonesas de la época feudal se antojan dificiles para el espectador medio. Si a eso le sumamamos 3 horas de metraje, la cosa se torna más que complicada.
Esta situación no deja de ser un reflejo de la sociedad en la que vivimos, donde no queda ya casi queda tiempo ni para siquiera inhalar aire y disfrutar de las cosas pequeñas, pues bien, esos pequeños detalles son lo que componen el cine de Kurosawa.
Los sonajeros japoneses que se mecen con el soplido del viento, o también aquel pájaro que vuela libre.

Pero el maestro nipón no solo sabe captar esos instantes con absoluta precisión, si no que además es capaz de filmar los sentimientos. Como la niña de 12 años maltratada en un prostíbulo con los ojos inundados en soledad, que pide a gritos un poco de amor, en una simple toma todos esos sentimientos se nos muestran a la vista. Gracias a ese ritmo pausado tenemos tiempo para reflexionar, por que cada segundo debe ser saboreado y eso Kurosawa lo tiene claro.

La película además, nos habla entre otras cosas, del bien que todos los seres humanos tenemos dentro y que por culpa de determinadas circustancias como la pobreza o el maltrato, tanto físico como psicológico, no siempre podemos sacar a la luz. Es un canto hacia la bondad que todos deberiamos dar hacia los menos favorecidos, como Yasuoto, que aspira a ser un médico de prestigio en busca de riqueza pero gracias a la sabiduría de Barbarroja y las duras experiencias que tendrá que atravesar en la clínica (Increible uno de los relatos que se cuelan entre el argumento de la obra sin comerlo ni beberlo) le harán abrir los ojos y darse cuenta de lo realmente importante.

Respecto al apartado técnico, la película es sencillamente maravillosa, los planos están milimetricamente estudiados e hilados de manera magistral con la banda sonora de Masaru Sato. La iluminación es por momentos casi expresionista con ambientes oscuros y sombras exageradas en alusión a la lúgubre situación que atravesaban las clases bajas del siglo XIX en el país asiático. Por otro lado, poco que decir de la fotografía en blanco y negro de los habituales en el cine de Kurosawa, Asakazu Nakai y Takao Saitô. Descúbranlo ustedes mismos.

Nota: un 11.
Dani
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