Interesante propuesta que se enmarca en las reglas del terror actual donde se sugiere mas que se muestra, donde se pretende inquietar mas que asustar a golpes de efecto. “Oculus” sigue la tradición de películas como “Sinister”, “Insidious” o “Expediente Warren”, es elegante, está bien rodada y aprovecha la premisa de la casa encantada (o objeto encantado) como excusa para crear una situación dramática que acabe inquietando al espectador y, finalmente, le regale unos cuantos sustos. Es decir, un increscendo terrorífico que huya del efectismo de los 70s o los 80s. Aunque este “Oculus” me ha recordado en algunos momento al mejor cine de terror en la tradición de casa encantada (como sucedía con las secuela de Amitivylle y los objetos, en este caso con un espejo) pero adecuándolo a los parámetros del terror actual. O sea, es una película de terror solida, bien rodada, bien interpretada y… errónea. ¿Por qué? El fracaso de “Oculus” es que es una película de terror que no asusta ni tan solo cuando suelta toda la artillería en su tercio final. Y es una pena porque el desarrollo no es malo, dramáticamente suena a ya visto pero funciona. Y al final todo se tuerce porque cuando estamos preparados para presenciar un desenlace que nos asuste y nos explique lo que sucede… nunca llega.