Estimable vuelta al cine de los 80s basadas en la testosterona y en el tiro fácil, de la mano del maestro Walter Hill quien, a pesar de haber perdido parte de su identidad, sigue siendo un maestro en este tipo de películas. Rodada con brío, magnificas escenas de acción, actores ajustados a lo que se espera de una película como esta y con un argumento mínimo pero funcional. Y lo mejor, que a diferencia de otras películas del género con estrellas de los 80s (como “Los Mercenarios”, “Jungla de Cristal 5” o “El ultimo desafío”) aquí Walter Hill huye de toda autoparodia y va directo a la acción, sin frases macarras ni guiños al pasado, con unos personajes bien escritos que interactúan perfectamente entre ellos. Esto es cine de acción masculina, no hay más. Aquí no hay espacio para niños ni historias de amor ni añoranza de los tiempos pasados. Esto es Walter Hill dirigiendo a Silvester Stallone en el año 2012… ¿Qué más se puede pedir? Mucho más, pero a veces también nos apetece una hamburguesa o una pizza y la saboreamos con la ilusión de cuando éramos niños. Pues eso. Muy entretenida, salvaje y con un Stallone en plena forma. Viva el cine de acción de los 80s.