“Noche de juegos” es de esas películas que no emocionan, aunque tampoco molestan. Una de esas comedias que funcionan porque no buscan nada mas allá de la definición propia de “comedia” entendida como una sucesión de gags más o menos afortunados. ¿Qué importa la coherencia argumental? ¿Qué importa la construcción de personajes? Coges unas escenas bien escritas, las unes con el pegamento de un argumento previsible, le das unos cuantos giros de guion, te haces con buenos actores y ya tienes una comedia que (seguramente) funcionará en taquilla.

“Noche de juegos” funciona, mejor de lo que parece, pero precisamente porque no pretende nada. Saben que tienen unos gags por encima de la media con lo que solo necesitas el pegamento en forma de una historia medianamente original donde colocar a un Jason Bateman que interpreta al mismo personaje de siempre y a una Rachel McAdams que se adueña de todas las escenas. Ambos tienen química, son buenos actores y si les rodeas de otros actores competentes, consigues un elenco con el que pasarlo bien (a los que hay que sumar algunos secundarios/cameos de lo mas estimulante).

De acuerdo: no es una gran película. De acuerdo: es incoherente. De acuerdo: es comedia sin más. Pero “Noche de juegos” funciona y lo hace bastante bien. Reduciendo el análisis crítico a la mínima expresión diría que es una película “para echarse unas risas”, sin más.