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España España · Barcelona
Voto de El Criticón:
7
Animación. Aventuras. Comedia Un año después de los acontecimientos narrados en "Buscando a Nemo", Dory vive apaciblemente con Marlin y su hijo Nemo. Pero durante un viaje para ver cómo las mantarrayas migran de vuelta a casa, los problemas de memoria de Dory parecen desaparecer durante un segundo: recuerda que tiene una familia e inmediatamente decide emprender viaje para reencontrarse con sus padres, a los que perdió hace años. (FILMAFFINITY)
22 de enero de 2017
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Los primeros minutos de “Buscando a Dory” no presagian nada bueno. Para ser honestos es uno de los arranques más infantiles y escasamente originales de una película de animación. Es decir, cuando empezamos a ver “Buscando a Dory” con ese interminable prólogo, algo nos dice que la película no va a ser lo que esperábamos. Y entonces sucede el milagro. Porque una vez superado ese ñoño comienzo, nos encontramos ante una versión gamberra, divertida y especialmente inspirada de “Buscando a Nemo”, compartiendo el mismo esquema, pero multiplicando la acción e insertando algunos personajes realmente conseguidos. Y es que ese es el éxito de esta continuación: que ha sabido reinventarse a sí misma haciendo exactamente lo mismo que funcionó en la primera parte. Pero claro, han pasado unos cuantos años y ahora los señores que se mueven en el mundo digital han aprendido de éxitos y errores y, tras esa trampa que es todo lo infantil que hay en los primeros 15 minutos, después dejar caer el barril rodando por la cuesta y sin posibilidad de frenarlo. La acción es trepidante, los nuevos personajes son fantásticos (el pulpo, las nutrias, la ostra, las focas, el pájaro... todos son desquiciadamente encantadores) y el ritmo no te deja pestañear ni un minuto. Quizás no hay demasiado espacio para la reflexión (no es una película de animación especialmente intelectual) pero lo poco que hay lo exprime a la perfección (especialmente en la relación entre el egoísta pulpo y Dory). Al final uno se da cuenta que, cuando los personajes de animación son tratados con mimo y dotados de personalidad, todo fluye mejor... aunque estés repitiendo “Buscando a Nemo” casi plano por plano. Todo un acierto.
El Criticón
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