Calificar “La trama” como obra menor de Hitchcock sería como clasificar cualquier cuadro de Tapies como un simple dibujo que sería capaz de hacer nuestro hijo de 2 años. Puede que “La Trama” no contenga el mismo lenguaje que otras películas del maestro pero no por ello es una película menor. En todo caso es un Hitchcock diferente, nada más. “La Trama” es una magnífica película con un magnifico montaje paralelo que engancha al espectador quien desde el comienzo debe hacer un sobreesfuerzo para entender a donde nos quiere llevar Hitchcock. Y es cierto que, a diferencia de otras películas del maestro, el camino que toma es diferente pero lo hace con el mismo pulso y la genialidad narrativa a las que nos tiene acostumbrados. El hecho de cómo está rodada (es una película de estudio con rodada con pantalla falsa y mucho decorado) define –y aprovecha- el camino que coge Hitchcock para servirnos la mas engañosa de todas sus películas porque no en vano “La trama” es una película sobre tramposos y estafadores, sobre secuestradores y ladrones, sobre el juego del gato y el ratón entre un gato y otro gato. Combina escenas espectaculares (la resolución del primer secuestro, el segundo secuestro en la iglesia, la típica escena del coche sin frenos, etc) combinados con otros donde los personajes se limitan a darnos datos permitiendo que el espectador una todas las piezas del puzle aunque rebajando siempre el tono. Nuestros divertidos estafadores son incapaces de matar de la manera en que lo harían los asesinos de las películas de Hitchcock quien se toma aquí la muerte como un elemento menor, una broma. En el fondo todo comienza como una gran broma que poco a poco Hitchcock se encarga en desmontar, el mcguffin es irreconocible aquí (quizás sea el diamante, aunque eso es lo de menos) y el espectador siente que hay algo más que no sabemos. Poco a poco las dos parejas de delincuentes comienzan a interactuar y vemos que son personajes que, aunque en principio parecían iguales, son diametralmente opuestos. A eso se le llama dar color a un personaje poco a poco y aquí Hitchcock lo consigue de manera excelente dotando escena a escena a los personajes de personalidad y con ello dando información al espectador para que intente adivinar de que narices va toda esta inmensa broma. Toda la película tiene un humor soterrado (la escena final es el mejor ejemplo) que la convierte en uno de los mejores exponentes del humor del maestro. Esta no es una película menor, esta es una gran película de Hitchcock, la ultima de su filmografía y puede que una de las que mejor reflejan lo que era (o en lo que se estaba convirtiendo) el maestro, despojado de la necesidad de demostrar nada y dispuesto a divertirse con cuatro dólares en el bolsillo y un puñado de buenas ideas.

Lo mejor: Un elenco de actores que, sin ser primeras estrellas para el gran público, resuelven sus papeles de manera más que solvente (la pareja formada por Karen Black y William Devane es magnífica). La banda sonora de John Williams. El guión repleto de giros y trampas.

Lo peor: Cierta sensación de falsedad, de cartón piedra.