Un hombre (Gérard Depardieu) es encontrado por la policía corriendo y desorientado en medio de una fuerte tormenta, al no tener papeles los policías deciden llevárselo a la comisaria para ser indagado por el inspector (Roman Polanski).

El hombre se llama Onoff, dice ser un famoso escritor, del cual, casualmente el inspector es un asiduo lector de todas sus obras, sin embargo, a pesar de su admiración, la incoherencia de su relato más el asesinato de una persona lo implican como el principal sospechoso.

En especial, porque no puede cimentar una coartada que lo libere del problema, esto debido a cierta pérdida de memoria, que en su mente se muestra como recurrentes y dispares flashback, de esta forma, Onoff deberá demostrar su inocencia ante el perspicaz ataque del inspector.

Una Pura Formalità está envuelta en un misterio que no se resuelve hasta el desenlace, por lo que siempre logra mantener el interés en todo lo que va mostrando, y de las cosas que con el avanzar del metraje nos vamos dando cuenta.

Depardieu y Polanski se lucen en sus respectivos roles, mostrando un duelo actoral sumamente sugestivo, cerrando un excelente trío la labor en la dirección de Tornatore, para un film con pocos personajes y escenarios, eso sí, muy bien detallados.