Claire (Anaïs Demoustier) y Laura (Isild Le Besco) han sido amigas desde la primaria, crecieron juntas, se desarrollaron como personas y contrajeron matrimonio con sus respectivas parejas. Poco tiempo después del nacimiento de su hija, Laura enferma y muere, por lo que su esposo David (Romain Duris) debe hacer frente a la crianza, el dolor de Claire por la muerte de su gran amiga se ve compensado por estar al lado y velar por las mejores condiciones de vida para la bebé. Un día mientras va a visitar a David lo encuentra vestido de mujer, aparece en escena Virginia.

De esta forma, Une nouvelle amie presenta el drama existencial de David, un hombre con el único anhelo de vestirse de mujer, los vaivenes emocionales de su estado lo llevan a confrontarse a sí mismo, encontrando en Claire (casi sin querer) alguien en quien apoyarse, Claire encuentra en Virginia, una nueva amiga. Si bien se presenta un despertar en la vida de este hombre, es también un despertar en la protagonista, una chispa de emoción y excitación en su vida.

Con guion del propio director, la película también tiene la gracia de jugar con toda esta nueva perspectiva que se le abre a Claire, dentro de la lógica interna del relato tan bien construido, queda claro que ella también tiene a lo largo del metraje oscilaciones emocionales que alteran su percepción de la realidad. La narración como es constante en Ozon es espectacular, no pierde el tiempo y basta solo ver la secuencia inicial donde en pocos minutos se cuenta muchísimo, prácticamente no le sobra nada al film.

En el apartado de las actuaciones se tiene un elenco muy bien manejado, Demoustier es espectacularmente bella y retrata a la perfección el entresijo en el que se encuentra su personaje. Por su parte Romain totalmente compenetrado con su personaje, mejor como mujer que como hombre. Otro de los puntos a rescatar es la musicalización a cargo de Philippe Rombi, la cual acompaña a la perfección las imágenes y transmite la sensibilidad de lo que se observa.

En síntesis, Une nouvelle amie es una obra bastante buena, bien manejada por el director, Ozon se mueve en aguas que le son placenteras y cómodas. Eso sí, me parece que la resolución es un tanto precipitada, pero hasta ahí demuestra la excelsitud con la que maneja la imagen, una gran película.