Ernesto (Armando Espitia) es un joven antropólogo forense que trabaja en la búsqueda de cuerpos en fosas comunes para dar con personas asesinadas durante la extensa Guerra Civil guatemalteca de segunda mitad del siglo XX. Su labor lo lleva a dar luz a cientos de personas sobre el destino de sus familiares, el filme claramente hace un énfasis en las mujeres, de ahí el título del largometraje.

Pero además de esto, el protagonista dará con ciertas pistas que le afectarán de forma personal, al poder acercarse al descubrimiento de qué fue lo que sucedió con su padre, hombre que combatió como guerrillero y que como tantos cientos de personas se encuentran desaparecidos. Todo dentro del contexto de los juicios sobre el general y dictador Efraín Ríos Montt, acusado de genocidio.

Nuestras madres es el largometraje de ficción debut para César Díaz, cineasta que cuenta en su haber con dos mediometrajes previos de corte documental, de hecho, la génesis de este filme nace a partir de la filmación de un documental, gracias a las intervenciones de un grupo de mujeres, le dieron la motivación suficiente para la escritura del guion y posterior filmación.

Para el cine guatemalteco y centroamericano la película ha sido la más movida del año, incluso, por qué no, a nivel latinoamericano se puede catalogar como uno de los trabajos más exitosos del presente año, teniendo un debut soñado en Cannes donde se alzó con la Cámara de oro a mejor opera prima, mismo reconocimiento obtenido en festivales en Chicago y Jerusalén.

El filme cuenta con una justa duración de 78 minutos, Díaz expone de forma efectiva su historia, dos partes se entretejen entre sí, la historia central del protagonista que se suma a un duro contexto ya citado, que se visualiza primordialmente en un momento donde un grupo de mujeres comienzan a contar de forma individual algunas vejaciones sufridas dentro del conflicto, en un segmento claramente influenciado por esa génesis documental.

Nuestras madres gana porque el realizador no se ciñe en presentar un contexto, hay referencias al conflicto, pero su interés va más allá de eso, se pasa completamente al lado humano de sus personajes y personas presentes en la película. La ficción sobre una realidad presentada en esta película se une a los varios trabajos realizados en nuestra región que buscan rescatar la memoria y justicia de estos conflictos.