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España España · santa cruz de tenerife
Voto de argonauta:
5
Ciencia ficción. Drama. Romance Rhoda Williams, una brillante joven que acaba de ser aceptada en un programa de astrofísica del MIT, aspira a explorar el universo. John Burroughs, un compositor que acaba de alcanzar la cima de su carrera, está a punto de ser padre por segunda vez. Rhoda y John no se conocen, pero la víspera del descubrimiento de un planeta Tierra duplicado tiene lugar una horrible tragedia que entrelaza y altera de modo irreversible sus vidas. (FILMAFFINITY) [+]
4 de diciembre de 2011
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunos aficionados se sentirán decepcionados si ven esta película por creer que pertenece al género de la Ciencia-Ficción. No lo es más que en un grado ínfimo. En realidad, la invención de la otra Tierra es una excusa argumental para ofrecer a los personajes el recurso de la segunda oportunidad. La trama gira en torno a la culpa y a la pérdida, y en el viaje interior para superar ambos sentimientos. La fotografía contribuye, en general, a crear una atmósfera grisácea y oprimente que acompaña el estado anímico de Rhoda y John. Nos falta, sin embargo, una definición mejor de Rhoda para poder entender su caída en los sentimientos de culpa y aislamiento. No es suficiente con mostrar el hecho crucial que rompe “interiormente” a los dos protagonistas. Necesitamos, como en la vida, comprender los mecanismos interiores que justifican un comportamiento. En el caso de Rhoda, hubiera sido deseable explicar su carácter confrontado con los miembros de su familia. Sin embargo, el director pasa de puntillas por este asunto. Esto provoca una falta de identificación con ella y sus sentimientos, que se arrastrará a lo largo de todo el metraje. Pese a ello, conseguimos cierto grado de empatía con su sufrimiento. Esto nos permite seguir con cierto interés lo que van experimentando los personajes. El avance de la esperanza en sus corazones es equivalente al tamaño de la otra Tierra en el horizonte. Esta graduación progresiva está bien reflejada, incluso por la actividad que Rhoda ejerce profesionalmente, que es como una expiación personal por su “pecado”. Su incapacidad de expresar su dolor le resultará un “vía crucis”, y sólo al final, reunirá el coraje suficiente para hacerlo. El premio, como suele pasar en la vida, es la liberación interior. Para que todo no resulte tan fácil, Mike Cahill nos regala, en una escena final, una imagen que cuestiona la historia que nos acaba de contar, dejando un interrogante flotando sobre el horizonte.
argonauta
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