El primer largometraje dirigido por Niclas Larsson es una película que cuenta con un reparto lleno de rostros conocidos para ser una cinta tan independiente. La película pretende ser una mezcla de géneros, en una supuesta mezcla de drama y comedia con elementos de fantasía.
El punto de partida es curioso, y aparentemente atractivo, y es el de una señora mayor que está sentada en un sillón de una tienda de muebles, y no hay forma de sacarla de allí, pese a que el establecimiento va a cerrar definitivamente, y tiene sus productos puestos a la venta. Hasta ese lugar acuden sus dos hijos y su hija para lograrla convencerla, sin éxito.

La película mantiene el interés durante la primera mitad, para en la parte final ser una historia con situaciones ridículas. Si mantiene algo el interés es por algunas escenas ingeniosas aisladas de la parte inicial, y sobre todo por las interpretaciones de los veteranos Ellen Burstyn, que interpreta a esa señora mayor testaruda, y F. Murray Abraham como el propietario de la tienda.
Puede tener su público al que le guste, y que conecte con esta pequeña película con un punto de partida curioso y atractivo.