El cine muchas veces son sentimientos y sensaciones y uno de los casos en los que una propuesta me ha interesado y sacado mi lado más nostálgico es esta película indie norteamericana que pude ver en el pasado festival de cine de Valladolid hace casi un año, y que revisionada hace unas semanas confirma lo que sentí en su proyección en el Teatro Calderón. La película que a priori pasaba desapercibida y no era uno de los títulos más atractivos de la pasada Seminci terminó siendo una de las grandes triunfadoras, por detrás de la película sueca " El Cairo Confidencial ( 2017 ) " que se llevó la Espiga de oro a la mejor película. Pero el segundo largometraje dirigido por la china afincada en Estados Unidos Chloé Zhao se alzó con los la Espiga de plata a la mejor película, el premio al mejor actor para el intérprete no profesional Brady Jandreau y el de mejor ópera prima ( en este festival este premio se entrega a la mejor primera o segunda película ).

Pero su camino exitoso comenzó en su proyección en Sundance en donde tuvo una buena acogida de la crítica y posteriormente se alzó con el premio de mejor película de la sección Quincena de realizadores del festival de Cannes de 2017. Con el inicio de la temporada de premios norteamericano se confirmó como una de las películas indies del año, con varias candidaturas en premios de la crítica, y sobre todo ser una de las más nominadas en los Independent Spirit awards cuya ceremonia de entrega se celebra 24 horas antes que la gala de premios Óscar.
La película tiene elementos de western porque el protagonista es un vaquero montador en rodeos, y por el ambiente crepuscular y por haberse rodado en una zona árida de Dakota del sur, pero en el fondo es una historia dramática de superación, ya que en la primera escena vemos como el protagonista está herido en la cabeza y otras partes del cuerpo y, aunque no muestran lo sucedido intuimos que ha sido por montar en un rodeo, y está luchando por curarse y le gustaría volver a montar, aunque las personas que están a su alrededor se lo desaconsejan. La película es dramática, pero no se busca provocar al espectador, sino que de manera sencilla, con pocos diálogos, y unos personajes secundarios interesantes, en especial el de la hermana de Brady, que es su principal apoyo.

La película está muy bien dirigida y tiene un guion muy bien trabajado, con pocos giros y con unas situaciones que transcurren con gran naturalidad. Hay que reconocer que el ritmo es bastante pausado, lo que puede echar para atrás a los espectadores más impacientes, pero creo que esa manera de rodar es necesario para el tipo de historia que nos están contando, y tiene un reparto que actúa bastante bien, pese a que todos son " no profesionales ", lo que demuestra el mérito de esos intérpretes en saber trabajar sus personajes y sobre todo de la propia Chloé Zhao en saber dirigirlos.
Destaca por encima del resto el protagonista, Brady Jandreau, que interpreta a Brady, y que realiza una de las mejores interpretaciones dramáticas del último año. El papel de Lilly lo interpreta su propia hermana en la vida real, y lo mismo sucede con el de Wayne que interpreta su padre en la vida real Tim Jandreau ( los 3 son no profesionales ).

El público se puede plantear el mismo dilema que el personaje central y cada uno tomaría una decisión diferente, pero hay que comprender esas dudas del protagonista, que tiene un gran espíritu de superación. Otro de los puntos fuertes es su fotografía que nos ofrece unas bellas imágenes de esa región árida y seca, con unas imágenes de atardeceres muy bien filmadas, y que alterna momentos en donde la cámara está más cercana a los personajes a otras en donde hay gran profundidad de campo.
Un gran trabajo en la dirección de fotografía de Joshua James Richards y lo mismo podemos decir de su banda sonora que, aunque tiene muchos momentos en donde desaparece para dejar paso a los silencios o al sonido ambiente, recuerda a esos western clásicos por su música. Me recordó a una gran película estrenada hace unos meses, la película británica " Lean on Pete ( 2017 ) ", dirigida por Andrew Haigh.
Una película fácil de recomendar a los más cinéfilos y al público medio, aunque no se aficionado al western, por ser una historia de superación accesible a este tipo de público, pero avisando que su ritmo es bastante pausado.

LO MEJOR: La fotografía. El guion.
LO PEOR: Es probable que pase desapercibida en su estreno en los cines españoles ( Ojalá no suceda ).

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