7 de mayo de 2008
89 de 127 usuarios han encontrado esta crítica útil
No, señores, no. Clint no dio carpetazo. De hecho, enseñó al resto de directores cómo se abren las puertas: con agallas y una patada. Y preguntando "quién es el dueño de esta pocilga", a poder ser.
El disparo en el corazón fue el de "El hombre que mató a Liberty Valance". Y no fue letal, Leone o Peckinpah, entre otros, dan fe de ello. Y con actores como Hackman o Freeman, se puede hacer, nada de Gibsons, Costners, ni calañas del calibre...
Así que si no hay huevos para rodar una del Oeste, no culpen a Clint.
Y dejen sus nubes y sus maricones fuera, con los caballos. ¿Que pida perdón? Nada, nada, sin perdón, ¡fuera he dicho!
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