"En la vida hay dos clases de hombres, los que tienen la cabeza en el extremo de una soga y los que disparan para romperla". Debemos recurrir a la filosofía del genial Tuco, el Feo leoniano que acompañaba al Bueno y al Malo, para entender lo que también expresan frases como decir unos mueven el árbol y otros recogen las nueces.
Es lo que sucede con Ransom Stoddard (Stewart), un joven e idealista abogado que atiende las recomendaciones que le hacen, "Vete al Oeste muchacho, vete al Oeste", y marcha en busca de fortuna hasta Shinbone sin otras armas que sus libros de leyes. Allí vive en su rancho Tom Doniphom (Wayne), un hombre serio y recto que se hacer respetar pero que cuenta con la fuerza de sus puños y de sus armas para defender sus derechos ... y los ajenos.
Como las cosas no están para florituras pues en la ciudad el malvado Liberty Valance (Marvin) impone su voluntad, Ranson se le enfrentará con las leyes en la mano, pero teniendo detrás a Tom cubriéndole las espaldas y resolviendo discretamente los problemas como un auténtico "primo de Zumosol". Para el primero será la gloria política, social ... y amorosa; para el segundo el olvido y la decepción que ahoga en whisky y fuego. Unos nacen con estrella y otros nacen estrellados.
La cinta, como recogen las críticas y la mayor parte de las reseñas publicadas, es una auténtica obra maestra. En todos los sentidos: argumento, guion, dirección, personajes, interpretación, ambientación, música, fotografía ... Es de esas películas dramáticas y a la vez tiernas que permanecen para siempre en la memoria.
El protagonista aparente es el triunfador Ransom, de hecho acapara con diferencia la mayor cuota de pantalla, pero el verdadero centro de atención está reservado a quien verdaderamente mató a Liberty, casi un actor secundario, un hombre bueno que yace encerrado en una pobre caja de pino descalzo y sin cinturón.
Ya que hablamos de actores de reparto destacar una vez más el valor indiscutible de los que acostumbraba a usar Ford: Devine, O'Brien, Strode, Qualen, etc.
Murray también, en el papel de Doc Willoughby, a quien siempre había que buscar en la taberna: "Si no está borracho que venga enseguida". Como siempre algunos balazos tratados con abundante coñac o whisky, como anestésico para el paciente y como estimulante para el Doctor. Muchas veces tendrá que ser la bella Hallie Ericson (Miles) quien atienda a los heridos de golpes. Siempre lo mismo: lavar con agua hervida, aplicar unturas y vendar a conciencia.
Nada más. Estamos completamente de acuerdo con nuestros colegas que consideran esta cinta entre las mejores de toda la historia del cine.