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Voto de Lafuente Estefanía:
6
Comedia. Musical Filigrana está en el mejor momento de su carrera artística. Su camerino está repleto de flores y siempre del mismo admirador: Guillermo Harrison que le pide que se case con él. Filigrana dice haber oído esas mismas palabras en boca de otro hombre, el conde de Montepalma, jugador y mujeriego al que amó y que sin embargo la humilló por ser gitana. (FILMAFFINITY)
4 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Filigrana, para el "Diccionario" de la Academia un "adorno hecho con hilos de oro o plata que, entrelazados, forman un dibujo parecido a un encaje".
Filigrana en la cinta no tiene nada de adorno, es una gitana (Piquer) que canta como los propios ángeles alrededor de la cual se mueven, marmolillos, los hombres que la pretenden. Una auténtica mujer, un virtuoso encaje de oro y plata.
Sevilla 1927. El conde de Montepalma (Granada), un señorito andaluz la seduce y la abandona. Mágico instante cuando canta ella, "Miénteme por caridad, que me quieres con delirio como si fuera verdad". Frase parecida que años después "Johnny Guitar" (1954) dirigirá a Vienna: "Dime que me quieres todavía como yo te quiero".
El resto son amores y desamores en un drama musical que gira en todo momento alrededor de Concha Piquer. El centro de la obra.
Maravillosas interpretaciones con unos "Ojos verdes" antológicos de esta "Gitanilla canastera piedra de todos los caminos". Excelente ballet flamenco que desgrana la historia de Filigrana en unas sevillanas antológicas.
Buenos Aires, alusiones a la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929) y vuelta definitiva a Sevilla en 1943.
La historia es bastante convencional aunque presenta a una mujer decidida y de carácter que sabe lo que quiere y no se deja manipular por los moscones que la rodean.
El guion presenta un drama musical con discretos toques cómicos. La realización se ocupa más de los números musicales que de perfilar bien los personajes, con excepción de Filigrana, por supuesto. El ritmo es constante, sin grandes altibajos, con un final demasiado convencional pero que nos permite conocer a una jovencísima Carmelita Sevilla que parece tomar la alternativa ante la diva.
Lo mejor sin duda la interpretación de Concha, por cierto una mujer que dirigió siempre con mano de hierro su propia compañía artística, valenciana, hija de un modesto albañil de Gátova (Castellón).
Imprescindible para los estudiosos del cine español y de la copla. Recomendable a quienes deseen pasar un buen rato escuchando piezas clásicas en la voz de una de las mejores artistas españolas de todos los tiempos.
Lafuente Estefanía
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