Laia Marull vuelve a demostrar su enorme talento como actriz en un desgarrador drama en el que su personaje sufre una lucha interna existencial tras un acontecimiento traumático que cambiará su vida. Y es que todo el peso narrativo recae sobre ella, y como siempre, lo lleva a la perfección traspasando sentimientos y sensaciones más allá de la pantalla con unos compañeros de reparto, que aún haciendo un gran papel, están a la sombra de su gran interpretación.

En cuanto a la historia, su directora y guionista elige el camino de la sencillez a nivel visual y de acontecimientos para así poder centrarse en la complejidad y en la incoherencia de afrontar algo para lo que nadie está preparado.

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