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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Manu:
8
Thriller. Drama La historia se basa en el caso policial del Clan Puccio, que conmocionó a la sociedad argentina a principios de los 80. Tras la aparente normalidad de la familia Puccio se oculta un siniestro clan dedicado al secuestro y al asesinato. Arquímedes, el patriarca, miembro del Servicio de Inteligencia desde la dictadura, lidera y planifica las operaciones. Alejandro, el hijo mayor, estrella de un club de rugby, se sirve de su popularidad ... [+]
19 de enero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ser feliz significa el poder percibirse sin horror. Walter Benjamin.

El iluminismo trajo consigo un legitimación en su filosofía que consistía que la razón seria la motor por el cual no solo el hombre se despojaría de la irracionalidad, sino que esa razón daría paso a la felicidad plena del ser humano.

En “El Clan” asistimos a un film, en clave de thriller, pone de manifestó nuevamente las atrocidades a los que el ser humano es capaz de cometer a sus semejantes.


El film describe la vida de una típica clase-media, media-alta, de la sociedad porteña, una época de plomo en la Argentina. La naturalidad con la cual transcurre la vida familiar, sus vínculos interpersonales, su “éxito” social y en medio de ello, un “agujero negro” que esconde algo fétido, algo macabro, cuyo hedor saltara por los aires ante la nueva realidad que se avecinara en el país en materia política.

Pablo Trapero tiene un ojo clínico para ir por un lado al núcleo de una historia. Tiene una precisión admirable para tallar la madera con la cual quiere navegar el trabajo tempestuoso que siempre se requiere al narrar una historia. Es un exquisito y formidable filósofo de la cámara. Sabe desde el vamos modelar dramatúrgicamente la historia, para ser atravesada por los cuerpos de los actores, para luego finalmente guiarlos con su mano de orfebre hacia el puerto en el cual quiere encallar.

El consagrado director, también dramaturgo de “El Clan”, narra con admirable maestría la vida de Arquímedes Rafael Puccio (1929-2013), con cuya familia vive en un barrio acomodado de San Isidro (Gran Buenos Aires). Puccio fue un ex miembro de la SIDE (Central de Inteligencia del Estado), abogado, empresario, quien era el jefe de el "Clan Puccio", responsable de matar a algunos empresarios en los años 80, hasta que la política desbarato sus planes luego de una denuncia que reclamaba la desaparición de una mujer por parte de su familia.

Guillermo Franchella (Arquímedes Puccio), viene trabajando en su ascendente carrera cinematográfica en los últimos años, con tanto denuedo, que ha logrado vencer esa imagen tan lograda como fuerte del actor cómico, ligero y liviano que supo con mucho mérito construir. Al igual que la brillante y oscarizada cinta de Juan José Campanella, “El Secreto de sus Ojos”, donde Franchella sorprendió con su excelente y brillante composición, aquí logra también un notable trabajo. Lo hace con un aceitado mecánico de su mirar imperturbado, con la serenidad de su cuerpo, con la naturalidad del sentirse el rey de la manada, logrando una composición robusta, poderosa y creíble del personaje del cual tira la historia.


Alejandro (Peter Lanzani), hijo de Arquímedes, estrella de un equipo de rugby será la pieza clave con la cual Arquímedes administra cada uno de los planes que elabora con precisión, sangre fría y una serenidad de plomo. El trabajo de Lanzani es sobrio, potente y dueño de una carnadura sutil y llena de matices.


Todos los personajes; Epifanía Puccio( Inés Popovich), Maguila Puccio (Gastón Cocchiarale), Silvia Puccio (Giselle Motta), Guillermo Puccio (Franco Masini), Adriana Puccio ( Antonia Bengoechea), Mónica, novia de Alejandro, (Stefanía Koessl), el Juez (Gabo Correa), que construyen la historia logran una composición notable, seria y con matices que le dan una naturalidad poderosa y riquísima.


La estrella del film, no obstante, es el pincel de Trapero (artífice del renovado nuevo Cine Argentino), quien se despoja de esa estética-montaje vetusta y repetida en el cual supo apoyarse el cine argentino. El notable director nos sumerge en la historia con una pátina de cine que nos recuerda al fenomenal trabajo de Oliver Hirschbiegel en "Five Minutes of Heaven" (inconmensurables trabajos de Liam Neeson y James Nesbitt). La estética del film, el ritmo de la historia, la velocidad de cada breve secuencia se espeja en este film, pero (he aquí el logro), esta al mismo tiempo despojado totalmente de ella, logrando el film lucir emancipado y adquiere ribetes de lo mejor del cine argentino en toda su historia.

By Hugo Manu Correa
F: hugomanucorrea
T: @hugomanucorrea
Manu
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