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Argentina Argentina · Buenos Aires
Críticas de Manu
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
10
27 de agosto de 2017
24 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un film comercial, pero se aleja del pochoclo. Apela a grandes actores que rinden en taquilla, sin embargo apuesta por un terreno fangoso. Se zambulle en el terreno del thriller, aunque luego cambia de frente hacia otro envase. Arranca imperativa y termina al son de las preguntas. "La Cordillera", es un film que se embarra al alejarse de una formula aritmética y rendidora, apostando por un camino sinuoso, espeso y filoso. El excelente film te entrega en puerta un envase que tu seas quien lo abra, vea y analice.

Un presidente de un país latinoamericano y para más señas argentino. Yendo más en detalle, un hombre que viene de la provincia de la Pampa. Su nombre, Hernan Blanco. Aquí ya dos señales fuertes que tienen pregnancia en el film: Pampa, es decir la llanura como punto más destacado. Blanco, es decir diáfano, puro, liso.

Hernan Blanco (Ricardo Darin), es un hombre llano, monocorde, sin el corsé de personaje moldeado por la post-modernidad: no sobre-actúa, es auténtico, es un ser propio de esa argentina interminable que es la pampa, como supo decirlo Borges.

El mandatario tiene que asistir a una cumbre de presidentes del continente latinoamericano que se celebrará en Chile. Está en juego la eminencia de transformar a Brasil en un jugador que cambie el peso de la balanza política en la region. México tiene la presión de los “gringos” para que ello no se cristalice en realidad. Argentina está amarrado fuertemente a Brasil, pero como suele ocurrir, es un país que suele estar tironeado por la seducción que EE.UU. ofrece. Es decir, un debate entre lo moral y la codicia.

El film escrito por Mariano Llinas y dirigido por Santiago Mitre, se corre sin embargo de este trazo. Apuesta por salir de la zona de confort. Salta al vacío. Lo ambiguo aquí adquiere mucha fuerza. La subjetividad del espectador se verá interpelada.

La crónica ya desde el mismo arranque plantea que hay algo que en medio de la voracidad diaria no está bien. El presidente es informado de la mala nueva. Ello motoriza hacer viajar a Marina (su hija - Dolores Fonzi), a la cumbre. Allí el film se bifurca. La cinta trasviste y sale de la autopista para meterse por camino sin seguro a la vista. El recorrido cambia radicalmente de eje. Se entrelazan trama y sub-trama como dos historias divorciadas una de otra y aquí está la savia del film.

El presidente Blanco, tiene en su asistente Luisa Cordero (Erica Rivas), a su mano derecha. Ella es quien conecta al hombre y sus debilidades diarias con el el rol que tiene todo presidente. Ósea, el hombre fuerte que debe ser y parecer todo primer mandatario. Le anticipa de qué va la agenda, como es el rompecabezas del día. Lo pone en situación.

Su secretario Mariano Castex (Gerardo Romano), es el bad men de película. Su voracidad, fuerte estructura psicológica y ambiciones quedan plasmadas desde el principio al fin del film. Tanto como cuando discute con el canciller argentino en México. Vocifera como el presidente que quiso ser. Blanco, los mira en silencio. Tras ello y con un monosílabo cierra la disputa. Esa escena centrifuga como gobierna el presidente “invisible”, tal como lo califica el prestigioso periodista radial Augusto Donatti (Marcelo Longobardi).


¨La Cordillera¨, no es un título elegido al azar. Remite a la unión que es esa columna vertebral que une todo el continente. Pero el fin se corre de ese eje aristotélico (científico) y nos sumerge en una atmósfera entre socrática y platónica (preguntas e ideas). El tono filosófico del film lo envuelve como un mantra. Así los interrogantes adquieren mayor relevancia. Mitre y Llinas, sin ser sentenciosos, nos invitan a ver las diferentes capas que una persona posee, y como ellas interactúan con nosotros a diario. Las digamos o no. Seamos conscientes o no. Queramos o no. Ello ofrece sin embargo, dos temas muy concretos.

Uno es el tema del film, la maldad, que siempre esta al acecho. Ello es lo que Marina plantea sin dobleces. Ella nos representa. Es la voz de la que no tiene, ni quiere tener poder. Su ex pareja, enunciado en varios pasajes del film, tiene problemas mundanos. También ha comenzado a tener fisuras psicológicas. También es procedente de La Pampa. Y aun allí vive. Pero a medida que Blanco crece en su rol en la política internacional, este "invisible" personaje ve oscurecer su vida. Más "visible" se hace el presidente más tenebroso se pone la trama. Es como un juego de espejos en donde el accionar de uno tiene consecuencias en el otro. El tono Hitchcockiano que adquiere el film así lo denuncia. Lo sórdido y oscuro exuda con fiereza una realidad que lo atraviesa. La narración adquiere en esta gramática una cocción sólida y de notable factura.

El otro punto que "La Cordillera" vomita es la metafísica, tan en desuso en tiempos ecualizados y de fast-food. "Nadie se baña dos veces en el mismo río", dijo Heraclito. En el film de 114' nadie quedara igual una vez que se haya negociado algo con el país que juega siempre de malo, EE.UU. (al menos para países tan anti-estadounidenses, como son los sudamericanos y especialmente para Argentina).


Ricardo Darin, encarna con la solidez y carisma habitual a un mandatario uniforme. Erica Rivas ofrece una gran ductilidad y sobriedad para un personaje que transita varias aristas. Dolores Fonzi caracteriza a una personaje que combina frescura, rebeldía e incomodidad y lo hace con aplomada solvencia. Un impacto especial provoca Leonardo Franco (Presidente de Brasil), quien brinda una imponente presencia y fuerte magnetismo, dandole la solemnidad que el film necesita. No obstante hay dos actores que se comen la cancha. Gerardo Romano, como el primer ministro Mariano Castex, ofrece una actuación descollante. Poderoso, magnético y pleno de sutilezas. En tanto que Alfredo Castro, como el Dr. Desderio Garcia, le aporta un aura llena de misterio, aplomo y de dúctil elegancia que el film adquiere en el momento mas místico del film.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Manu
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8
19 de enero de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La muerte de su pequeño hijo desato la tragedia que como un gusano comenzó a carcomerlo a él y su esposa en sus vísceras. Esa espesura, más la desmesurada ambición de un matrimonio carcomido por espíritus desgarrados, desatará una tragedia que asolara de sangre, muerte y lágrimas a toda Escocia.

Justin Kurzel dirigió con aplomo, elegancia y elocuencia “Macbeth”, genial creación de William Shakespeare, que siempre es una empresa empinada, resbaladiza y donde los pasos en falsos y los riesgos están a la orden del día. La elección actoral recayó sobre Michael Fassbender (Macbeth) y Marion Cotillard (Lady Macbeth), quienes componen a personajes con varias capas dimensionales: furia, dolor, salvajismo, fragilidad e inmensidad desbordan por sus poros. Ambos se vinculan como un dúo cuya vinculación emocional adquiere ribetes compositivos descomunales. Se evidencia ello en el mirar oceánico que se proyectan que como un rayo proyectan hacia quienes los rodean y que lucen despavoridos por el misticismo oscuro que eyectan sus ojos envenenados y frágiles por igual. La vinculación en todo el recorrido es sólida, furiosa y con un veneno amoroso que se desparrama como llamaradas ante todo y todos.

El film que tuvo su estreno en el festival de Cannes (2015), se luce como una pieza que entrelaza con admirable destreza, el formidable guion (Todd Louiso, Jacob Koskoff, Michael Lesslie), quienes surfearon la magistral obra respetando el original, pero agregándoles pócimas que mixturan el séptimo arte con el dramatismo teatral como si la cuarta pared estuviera en el mismo set de filmación. La dinámica de los diálogos y la escaleta le otorgaron una encarnadura espesa y ágil al mismo tiempo. Todo ello fue posible ya que Kurzel administro su talento para elegir lente, plano y dejar fluir encarnaciones viscerales y compositivamente espeluznantes.

Otros detalles que elevan la espesura de este soberbio film son las locaciones ( desoladas tierras, un aire gótico que circunda nubes, montañas y despojadas mesetas), la textura oscura (Adam Arkapaw) y la brillante música (Jed Kurzel). Este último elemento omnipresente en todo el metraje, condimento y le insuflo a la tragedia aún más drama y un realismo envuelto con la construcción de época otorgándole ribetes de una verdadera joya cinematográfica.

Macbeth (Fassbender) es volcánico, magnánimo e inconmensurable en el campo de batalla. Frágil ante las brujas que lo circundan con sus místicos presagios. Lady Macbeth (Cotillard), es magnética, poseedora de un irresistible encanto y de un coraje que se debate ante su propio destino.

“Macbeth” es un torrencial huracán cinematográfico donde se entremezclan brutalidad, desparpajo y coraje. Todo ello en medio de una niebla que es literal y metafórica al mismo tiempo, extrapolando la brillante obra literaria en una pincelada incendiaria de una creación cinematográfica para el recuerdo.

By Hugo Manu Correa
F: hugomanucorrea
T: @hugomanucorrea
Manu
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8
6 de enero de 2019
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mundo esta patas arriba. Una ola de maremotos políticos la atraviesa en todo el orbe. De esos impactos nadie esta ajeno. Algunos países por la fuerza política que tienen el devenir de sus acciones los impactos son muchos mas visibles. En algunas de sus lugares los tsunamis que atraviesa su sociedad es tan lacerante que todas las capas de la comunidad esta corroida por ello.


En Estados Unidos la ciudad de Chicago esta literalmente siendo devorada por situaciones que la tienen en el ojo de la tormenta de mucho tiempo a esta parte. Atracos, Asaltos. Tensión social. Degradación del pacto de convivencia. Violencia desde lo político, en el código de respeto mutuo y con el sostén que de armonía a todo vínculo.


"Viudas" resume de manera magistral este río indómito que es "vivir" en la norteña ciudad de los EE.UU. Un grupo de hombres han tomado un dinero que no es suyo. Algo sale mal y son ajusticiado de manera demencial por la policia. Ese dinero ha desaparecido pero no el deseo de recuperarlo por parte de un hombres que precisamente no tienen la clemencia entre sus dotes. Las viudas de estos hombres sentenciados solo tienen en común que sus hombres las han dejado desnudas ante un situación que las desborda y las interpela en mas de un sentido.. La construcción de sus subjetividades, la pertenencia cultural y el modo con que plasman sus universos esta atravesado por distintos tópicos. El reloj las corre para devolver un dinero que no es precisamente poco a un chavales que tienen su aliento tan cerca de ellas que lo pueden sentir con solo girar sus cabezas.


Esta adaptación cinematográfica de "Viudas" ('Widows'), -miniserie británica de 1983-, funciona de principio a fin por el magistral pulso que tiene en todo su metraje. Steve McQueen (Direccion), interconecta formidablemente las distintas capas que el film tiene. La cinta hace gala de un equilibrio magistral en la propuesta política con la cual esta atravesada la sociedad de los EE.UU. No por ello el film quiere tomar una solemne distancia de ello. Mas bien lo contrario. Va al grano y no esquiva el compromiso. Se embarra pero lo hace con elegancia. Muestra al derecho y al revés de como "funcionan" las cosas en la convulsionada ciudad-sociedad que tiene el dinero como núcleo principal en el cual giran sus vidas. Muestra las costuras. Pone en superficie las miserias que habita a sus personajes. El film pone en su Bad Pack (mochila) los montículos de aquello que ningun personaje acciona. Se hace cargo de sus responsabilidades. Algo que la autocomplacencia que tienen mayormente los habitantes del país del norte no hacen. La acción es lo mas importante. A ello le sigue la re-accion. Cuando el resultado es la degradación lacerante que los carcome, ello es evidente que la acción misma esta hueca. El disco rígido los hace girar en círculo llevando a una putrefacción que los corroe por dentro. Ese paradigma solo funciona con mas horizonte, sin verticalidad. Sin estar detenerse a repensarse a si mismo y a cuanto lo rodea. El dinero funciona aquí como "ajuste" interno que los devora y a su vez los define. La degradación lo ha llevado a tierra desposeída.


El thiller de 130 minutos tiene en su montaje algo soberbio. Trama y sub-trama funcionan a la perfección. Su pulso tiene ritmo, vértigo pero no tiene atajos varios -tan de moda en las ficciones de la caja chica-, que deja sin sustancia el relato. A su vez, posee un ritmo interno que corta el aliento. Es decir, el collage de la tensión dramática tiene una mixtura de actuación de cine pero habitada por una savia propia de actores de fuste que elevan la dimensión del dolor que atraviesa a todos los personajes. En ello Viola Davis es la punta de lanza de esta propuesta cinematográfica que descolla de principio a fin.



"Viudas" es un mosaico que muestra las cartas de todos los jugadores. Los desnuda. Los muestra de frente y de revés. Lo hace a través de una realización técnica magistral apoyada por una producción de altísimo nivel. Es un film que no da respiro. Es un entretenimiento - al mismo tiempo-, fantástico. Pone en superficie -como cuota de redención- un poco de color en el paisaje gris que el cuadro que describe de una Chicago en la que nadie sale indemne. Como el personaje de Veronica Rawlins (Viola Davis)-actriz colosal-, que muestra un posible camino para que el arco iris vuela a tener color.

By Hugo Manu Correa
Manu
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10
24 de diciembre de 2019
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son oceánicos aunque una pequeña laguna los esta ahogando. Son ilustrados aunque poseen grietas. El espíritu es su continente pero la política es su destierro. Marcan rumbos pero sus caminos también tiene nubarrones. Son guías de una de las tres religiones monoteístas del mundo. Ambos provienen de universos antagónicos entre si. Se respetan y admiran pero de recelan. También tienen la grandeza, la intuición y la sapiencia de que algo bueno puedo pasar si se oyen. Ese ejercicio inmenso que es la templanza del espíritu les ha dado al Joseph Aloisius Ratzinger y a Jorge Bergoglio el sopor gigantesco de olfatear que algo puede pasar si muestren sus dolores y confiesan sus debilidades. "The Two Popes" tiene a dos hombres en el momento en que ambos se debaten entre sus crisis y la de la propia Iglesia. Esta cinta narra un universo inmenso tanto como la brillantez artística que baña todo su metraje.

Es cercana. No empalaga. Tiene frescura en todo su recorrido. Posee un blindaje humano aun estando dos personalidades con ropaje de espiritualidad. “The Two Popes” navega sin poses. Se desliza pero no es superficial. Cuenta mucho con poco. No encalla en ningún momento porque sabe mixturar raíz, tallo y flor. Cuando debe ser profunda no esquiva la responsabilidad. Cuando debe estar flotando se hace cargo. Y en las situaciones que el film pide descomprimir lo hace con elegancia sin caer en innecesarias naderías.

La cinta tiene como conflicto central la abdicación del Papa Benedicto (Anthony Hopkins) y la elección del hombre fuerte de la iglesia católica cede en favor del Papa Francisco (Jonathan Pryce). Ambas personalidades son diferentes en sustancia humana, construcción política y en la escalinata espiritual. El Papa Europeo tiene talante solitario, concepto conservador y la frialdad como signo. Quien será tronado como nuevo Para Francisco representa el aire fresco que la iglesia necesita. Es cercano, orgánicamente natural y plasma un norte político que cristaliza la visibilidad del rostro humano. Esa que el Vaticano ha perdido. Es decir, una mirada mas acorde a las rígidas estructuras que hacen ruido por doquier donde se cocina el poder religioso.

Las locaciones le dan un solido soporte narrativo. Dimensionan la colosal vida de estos dos hombres. Ello se evidencia al ver la vida urbana y sobre todo los lugares de no pocas carencias de Buenos Aires. En la serranía cordobesa. En la inconfundible Roma y la opulencia del Vaticano. La jerarquía de la realización en este aspecto espacial se evidencia además en que están como “escondidos”. No buscaron impactar. Están adosados en la piel de los protagonistas. Acompañan pero no invaden lo mas sustancial que que es la piel-persona-espíritu del mensaje del film.

Actuaciones

Anthony Hopkins logro un personaje magistral. Las dolencias espirituales que lo gobiernan son matizadas con pequeños tips que no son sobre-actuados y tampoco descanso en la técnica actoral (que de por si es magistral). Se evidencia que hizo un análisis profundo en lo emocional para entender al detalle el personaje en cuya piel se ha metido. De a poco va soltando amarras y logra virar copernicamente en su cuerpo y alma pero nada es exagerado. Hay una fineza en el manejo de la palabra. En el vinculo con su interlocutor que por momentos conmueve.

Jonathan Prize no le va en saga. Su naturalidad apabulla. Posee un admirable cantidad de recursos en el cuerpo que van desde el mirar, el vincularse con el otro y con la formidable manejo del español rioplatense que no deja de asombrar en todo el metraje. Su paleta de colores en los matices es colosal. El manejo del espacio, de sus silencios, la sutil distancia que esta sabiamente ensamblada con una persona de origen galés hacia una sudamericana es fantástica.

El film es magistral. Neflix sigue ascendiendo con realizaciones de alto status. La Iglesia -a su vez- se acerca a travez de la mas poderosas de las plataformas digitales a una gran público que mayormente se siente lejana al Vaticano. Como nos dijera el propio interprete Juan Minujin. "No soy creyente pero hay algo de este personaje que me cambio internamente". Es mas que evidente que “The Two Popes” tiene dimensión humana.

Hugo Manu Correa
Manu
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10
18 de octubre de 2017
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Filosófica. Psiquica. Solemne. Algo onirica. Con una fuerte patina metafísica. Cita con el cine en gran escala, en el cual el entretenimiento, la reflexión y el reseteo del ser van de la mano. ¨Blude Runner 2049¨ tiene algo para decir y lo narra de forma solapada, pero suena a una fuerte sentencia.

La ciencia ficcion es un genero que atrapa pues en su envase la espesura de otra gravedad nos instala en su nuevo ecosistema. Su origen fue poco menos que una reverso para mostrarnos que la tecnológia significa poder, pero también nos hace majestuosamente asépticos, prolijos, perfectos pero sin alma y con la falta de afecto como una constante.


Esta nueva versión, a 30 años la primera version, ¨BD 2049¨ pega un puñetazo en el barro para salpicarnos a todos. No busca ser políticamente correcta. Se hace cargo de su desmesura, reverso de ese envase vacío y podrido que es el mundo que nos contiene-gobierna, y que la pluma de Phillips Dick (libro original) magistralmente revela. Sus dos horas y media de duración, los largos planos secuencias, las puestas ampulosas, las majestuosas locaciones moldean a personajes gobernados por un fuerte extravío interior. Estan solos, ensimismados, con un moral plana, disecada y sin otro deber que cumplir un mandato metálico.

Ray Gosling es un actor que ya ha dado muestras de una versatilidad asombrosa. Su personaje K esta formateado aqui con una presicion quirúrgica. Su péndulo emocional es transitado y construido con sobriedad y sin ampulamientos. Moldea sus acciones con ese mix de ser perfecto que ha creado el sistema post moderno y ese otro que luce escondido en su espíritu. Lo sensible como un aguijón hace visible una llama interior que puja por ser oída. El encuentro con Rick Deckard (Harrison Ford), logra el climax del film. Alli se halla el mantra que busca su redencion. El fuerte choque entre ambos vomita lo pretérito como forma de exudar una pena. La capa nostálgica emerge para narrar que lo calido, lo genuinamente cercano, lo mas orgánico y natural se ha desvanecido. aquello que esta despojado La colonización tecnocracita que todo lo gobierna se ha impuesto con su imperio de leyes.


Los cuadros recrean un futuro inerte en una Los Angeles mutante. Seduce a la vista esa otra dimensión en donde lo análogo luce aprisionado. K encuentra en su rutina policiaca algo que no le cierra. De desmarca de su obligación profesional y dedice apuntar su instinto en busca de algo que lo interpela con furia. La acción pondrá en superficie a personas que como islas padecen sus existencias vinculándose con furia. El nuevo Blude Runner redescubrira su esencia ante un nuevo paradigma, con verdades que lo obligaran a resetear su subjetividad.


El disparador de la trama es una furiosa critica al estado actual de situación que impera el el mundo: individualismo, perfeccion, rigidez, paranoia, cultura plana, moral disecada y la colonización de los robótico. El film abruma con oleadas de un mundo en estado de descomposición que ya viene padeciendo dosis supersónicas de razón y materialismo. Blude Runner 2049 es lacónica en su nomenclatura de palabras. Justamente allí apunta uno de sus cañones. El otro como vinculo ha desaparecido del paisaje cotidiano. La ausencia de piel, la simple cotidianeidad, un semejante como posibilidad ya no forma parte del abc diario. Ello ha sido corrompido por entes sin preguntas en el horizonte. Solo cumplen mandatos. Marcan tarjetas. Subsisten ante la dictadura androide.

Dennis Villanueve (Dirección), eligió un tono sombrío, magnético, ampuloso y que da cuenta del superyo que gobierna la subtrama. Lo oculto busca su redención expulsando sus miserias como un rugido. ¨Blude Runner 2049¨, sublima sus coágulos emocionales que la vida automata, codificada y egoísta ha llevado a anestesiar el espíritu.

By Hugo Manu Correa
Manu
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