Aunque Spider-Man o Mortadelo y Filemón se llevaran la fama, fueron las creaciones de Uderzo & Goscinny las que en verdad cardaron la lana. Los galos más irreductibles del planeta abrieron ese camino, que unos pocos han seguido con éxito y otros muchos seguirán con más gloria aún, que anticipaba el positivo salto del encorsetado live-action a la desprejuiciada animación en la estupenda "Astérix (La residencia de los dioses)". Una obra puro comic que deleitará al devoto de las viñetas al tiempo que crea nuevos adeptos.
Tras "Astérix y Obélix al servicio de Su Majestad" (Laurent Tirard, 2012), última de las cuatro aventuras de los galos en el terreno de la acción real, Alexandre Astier & Louis Clichy recuperan a los personajes de Uderzo & Goscinny en "Astérix (La residencia de los dioses)".
No pienso negar que al film de Astier & Clichy seguramente le falte ese punto de personalidad y carisma necesario para, no ya gustar, sino sobresalir. Y lo digo sobretodo por la faceta animación, parte en la que debe distinguirse una obra así. Un aspecto que sí brilló en "Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo" (Javier Fesser, 2014) o "Spider-Man, un nuevo universo" (Bob Persichetti, Peter Ramsey & Rodney Rothman, 2018) pero que en "Astérix (La residencia de los dioses)", sin ser ni mucho menos malo, acaba resultando demasiado corriente.
Al margen de eso, pocas pegas más se le pueden poner a "Astérix (La residencia de los dioses)". Por no mencionar el hecho de haber escogido para esta primera adaptación animada una de las aventuras que más al límite puso a nuestros galos predilectos. Otro gran acierto de la cinta.