Tengo clarísimo que "De óxido y hueso" no es mejor que "Un profeta" (2009). Tan claro seguramente como que la primera, aún así, me ha enganchado e interesado bastante más que la segunda. Definitivamente mi relación con Jacques Audiard es y va a ser complicada.
El cineasta galo radiografía en "De óxido y hueso" las relaciones de pareja y el amor, un par de temas algo recurrentes en su obra, en un drama romántico algo en la linea de cintas como "Blue valentine" (Derek Cianfrance, 2010) y similares. Un trabajo que ha sido capaz de sorprenderme diez años después de su estreno, que se dice pronto, encabezado por unos Cotillard y Schoenaerts magníficos que cargan sobre sus hombros todo el peso del film.
Y como parece ser que me veo las pelis de Jacques Audiard diez años después de su estreno, pues nos leemos en 2025.