Hoy ha llegado a nuestros cines "No tengas miedo", lo nuevo de Montxo Armendáriz tras 6 años de silencio. Este es un turbador, terrible y durísimo relato sobre un tema que, realmente, me provoca asco: los abusos sexuales a menores.

"No tengas miedo" es uno de esos films que te deja marcado. Y yo estoy escribiendo esto aún bajo los efectos que te deja la resaca de la película, tratando (que no logrando) de buscar respuestas. ¿Por qué? ¿Cómo puede haber gente así? O, como dice la propia protagonista, "¿Cómo puede ser que la persona que más me ha querido sea la que me ha destrozado la vida?". Montxo Armendáriz logra sumergirnos de lleno en esta historia que, tristemente, tiene poco de ficción y mucho de realidad.

Personajes plenamente conseguidos, largas secuencias móviles, un fondo musical tan dulce como clásico y el silencio. El silencio marca la película. El silencio que se convierte en palabras dentro de tu propia cabeza para ir contándote la historia, la tragedia, el drama y el horror. Además, Montxo Armendáriz logra una gran película actuando, con lo fácil que podría haber sido no hacerlo, por encima del morbo, del amarillismo y de las imágenes escabrosas.

Una película denuncia, a la que se le puede achacar una cierta falta de ritmo y que no termina de emocionar todo lo que podría hacerlo. Puede haber quien piense que le falta un gran golpe, un mazazo sobre la mesa...pero en realidad no es necesario. Montxo Armendáriz sigue fiel a su estilo. Y aunque sea con un martillo más pequeño, va dando golpes sin parar hasta conseguir el mismo efecto. Siempre le ha funcionado. Y en "No tengas miedo" vuelve a pasar.

Pasando a los actores, el peso de la película está llevado totalmente por Silvia, interpretada por Irene Cervantes e Iranzu Erro cuando esta es aún una niña, y, sobre todo, por la televisiva Michelle Jenner cuando ha crecido ya. Y esta última está realmente fantástica. Asombrosa. La primera gran película, a la espera de "Extraterrestre", de esta actriz que se separa completamente de la imagen de lolita que tenemos de ella. Impacta con su fragilidad, su sufrimiento, su cierto punto de esquizofrenia... Y pensar que todo empieza con un "No tengas miedo, princesa...no tengas miedo".

Frase esta, pronunciada por el personaje de Lluís Homar. Complicadísimo papel para uno de nuestros mejores actores (¿Para cuándo una Goya para uno de nuestros mejores actores?) que vuelve a estar, como siempre, de nota. Bajo su apariencia tranquila y el amor por su niña, saca al monstruo que lleva dentro. Me hace odiarle, provoca mi adversión, me repugna... Y esto habla muy bien de su trabajo.

Pero el brillo de los dos anteriores supera a Belén Rueda, magnífica actriz, que en esta ocasión no destaca. Los otros secundarios están bien, pero en papeles muy menores, veáse el caso de Cristina Plazas, Rubén Ochandiano, Nuria Gago o un actor por el que siento predilección, Javier Pereira.