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Voto de GonzaloyGracias:
8
Comedia. Drama Después de hacerse famoso interpretando en el cine a un célebre superhéroe, la estrella Riggan Thomson (Michael Keaton) trata de darle un nuevo rumbo a su vida, luchando contra su ego, recuperando a su familia y preparándose para el estreno de una obra teatral en Broadway que le reafirme en su prestigio profesional como actor. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Birdman de Alejandro González Iñárritu (Babel) es una obra maestra. Una obra maestra vocacional, podíamos decir, que surge con esa vocación como principio, al igual que Ciudadano Kane de Orson Welles en su momento. Otras películas no tiene esa intención de origen -solo pretenden contar una buena historia o entretener, sin más- y acaban siéndolo, en el momento con el tiempo.
Hay una enorme osadía en el director para diseccionar eso que llamamos vida y hacerlo en el mundo del espectáculo, tanto del cine como del teatro, llenos de estrellas y de egos. Porque de egos, del sentido de la vida, de éxito y fracaso en el oficio de actor y en la realidad cotidiana, de ficción y de metaficción, de arte y de subcultura de masas, de admiración y de amor, habla esta película. Un arrebatado Michael Keaton nos dirige por el laberinto de su vida y de su alma, desde el éxito que tuvo cuando fue Birdman en una película de entretenimiento y de gran éxito, a su presente, en el que pasada aquella fama, y con muchos años encima, intenta montar una obra de teatro en Broadway sobre un texto de Carver. Laberinto donde se pierden su carrera profesional, pero también su papel de padre, de amante, de buen o mal actor, de buen o mal tipo. Y laberinto por donde desfila también la tentación del cine como arte y la tentación del cine como espectáculo pirotécnico que proporciona dinero y gloria representado en la figura del superhéroe Birdman (o Batman…), tentándolo como un Mefistófeles para que vuelva al redil del éxito fácil y de la fama selfitera. Cine en el cine. Este conglomerado, bien ensartado por el director, con una música de batería pertinaz, y momentos de humor desternillantes, ha sido realizado en un único plano-secuencia trucado que proporciona un ritmo frenético y envolvente a la película. Si la actuación de Keaton es sobresaliente, la de Edward Norton se “sale”, bien secundado por Noami Watts o Emma Stone. Una gozada. No recuerdo si un amigo o un crítico ha dicho que esta película puede ser admirada pero no amada. Puede que tenga razón.
GonzaloyGracias
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