Aaron Sorkin debuta en la dirección llevando la verdadera historia de Molly Bloom, una antigua esquiadora profesional que hizo fortuna organizando timas de póker (llamémoslas) furtivas en las que sus ganancias iban creciendo de forma exponencial. Yo personalmente no sé nada de cine, únicamente soy un gran aficionado, como se ve en el hecho de que he publicado una gran cantidad de comentarios, que si bien (casi) nadie lee, me hace ilusión ponerlos por aquí (si ya me llevo algún voto, me llevo una pequeña pero nada despreciable alegría. Como digo, sé poco de cine pero aún debo saber menos cuando me doy cuenta de que este film pasó sin pena ni gloria por la temporada de premios y fue casi ninguneada por los Óscars (fue nominada a Mejor Guion Adaptado, sólo faltaría), con la cantidad de truños que se llevaron nominaciones e incluso premios.

Se trata de una película que te atrapa con esos diálogos marca de la casa, con esos intercambios entre los actores que reflejan tanta verdad. En esta película, los personajes hablan como hablan las personas de carne y hueso, con sus réplicas, contrarréplicas, disquisisiones... que te mantiene en tensión, te zarandea de un lado a otro y te intriga con esta historia que, si bien flaquea un poco hacia el final. raya a un nivel altísima durante todo el metraje. El uso de los flashbacks (así como de la voz en off) es bastante pertinente y hay algunas escenas que te quitan la respiración*.

A nivel actoral, desde mi humilde opinión, la película también es sobresaliente. Jessica Chastain desprende una fortaleza que traspasa la pantalla con ese carisma que emana. Lo mismo ocurre con Idris Elba y entre los dos mantienen unos pulsos frenéticos al ritmo de los diálogos endiablados de Sorkin que te dejan impactado, no sabes de dónde te vienen los golpes verbales y parece que estás viendo un partido de tenis en el que cada golpe es más espectacular que el anterior. Del resto del reparto destacaría a un genial Kevin Costner que, en el poco rato que sale, se come también la pantalla.

Comprendo que podrá haber personas que se han sentido decepcionados porque el film no da nombres y entonces nuestra curiosidad y nuestro morbo no se verán saciados por no saber qué actores o qué personajes ricos y famosos eran los que se gastaban en sus timbas esos pastizales. Pues bien, lo siento por ellos. Yo recomiendo el film para aquellos que se quieran sentir atrapados por una película hecha con inteligencia, con unos diálogos espectaculares y que te atrapa hasta su desenlace. Muy recomendable.