Tándem interesante el que forman el catalán Collet-Serra y el irlandés Liam Neeson, quién sabe si llegan a crear una relación tan duradera como la de Ridley Scott y Russell Crowe o la de Tim Burton y Johnny Depp o la de Scorsese y Di Caprio.
Pero a lo que vamos, una más que interesante película de acción de esas que han creado un nuevo género, las películas de acción en espacios cerrados, en espacios claustrofóbicos, pero dándole una vuelta de tuerca más, porque no nos enseña al malo hasta bien entrado el metraje, lo que sin duda es un acierto.
Así, es una especie de “Diez negritos” mezclado con “Alerta Máxima” o con “Pasajero 57”, aunque tampoco es el colmo de la originalidad ya que nos había llegado unos años antes la fatalmente traducida “Plan de vuelo: desparecida” pero esta tiene más acción y además, Liam Neeson luce más para estas películas y mola más que Jodie Foster.
La película mantiene la tensión durante todo el metraje y hace que estés pegado al asiento buscando respuestas para los interrogantes que se plantean, llevando de forma soberbia el suspense ya que consigue que desconfíes de todos los pasajeros del avión en algún momento (y cuando digo todos, me estoy refiriendo a todos) aunque hay que reconocer que la resolución es bastante mejorable ya que la explicación se ve algo forzada y no es del todo satisfactoria.
Pero una cosa no le se puede negar. Es entretenida de narices y para eso se hace cine, qué leches.