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Voto de forolibro:
8
Fantástico. Terror. Thriller David, un joven que padecía una extraña variante de la esquizofrenia, ha aparecido muerto en su bañera de forma terrible. Se sentía perseguido y amenazado por una presencia que era incapaz de definir. Todo coherente con su enfermedad. Su psiquiatra, el doctor Friedhoff, consciente de sus escasos progresos, decidió someterle a una novedosa e inusual terapia: que se grabase en vídeo, él mismo, durante una semana. Siete días de su vida ... [+]
12 de noviembre de 2016
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dante y Virgilio se encuentran a Catón, un pagano nombrado por Dios, guardián de la entrada del pie del monte Purgatorio. En la zona baja de la pendiente, conocida como “antepurgatorio”, llegan a conocer a dos almas cuya penitente vida cristiana fue deficiente: Los excomulgados y los arrepentidos de forma tardía. Los primeros son detenidos aquí por un periodo de treinta veces su período de contumacia o terquedad. Los segundos incluyen a los demasiado perezosos o preocupados por su arrepentimiento, (estas almas serían aceptadas en el Purgatorio, pero tendrían que esperar ahí por un tiempo igual al que permanecieron en la tierra). Estos últimos son los que nos interesan. Los arrepentidos “in extremis”, son los que hacen de la maldad su cotidianidad.

El miedo que nos ofrece Hugo Stuven es un menú degustación de varios platos con maridaje de varios géneros, siendo la mayor virtud del guión y a la vez la mayor debilidad, el soltar sin arnés de seguridad al espectador a una búsqueda incesante de un pilar de roca dónde poder asirse y dar descanso a una mente que resuella incesantemente en cada fotograma. La factura técnica, el sonido y la fotografía son impecables. Se agradecen estos formalismos para películas que buscan salir de los cánones clásicos del cine español donde tradicionalmente el fondo es siempre más interesante que la forma.

La cámara en mano ya utilizada magistralmente en una obra cumbre del fantástico español como es REC, (qué disfrute a lo Call of Duty, ¡por Tutatis!), es muy arriesgada en esta película, ya que como indica el propio director no utiliza el recurso de un grupo de personajes que bullen por delante de la escena, dotando el plano de múltiples encajes y posibilidades estilísticas. El enfrentamiento aquí es unipersonal, (en la mente de un encomiable Edgar Fox), prácticamente en momentos diurnos y sin una amenazadora fuerza letal a tus espaldas. Pudiera ser excesiva y redundante en ocasiones, sobre todo para las primeras filas, pero sin ella nos hubieran privado de uno de los mejores planos fijos de los últimos tiempos con una morgue como protagonista total.

El film es un juego de espejos en un partido jaleado en eliminatoria de ida y vuelta. El partido en casa se juega contra uno mismo como rival, y el partido como visitante se disputa contra la balanza del juicio moral universal. En este juego de Osiris nos encontramos con espejos, peceras de seguridad, retrovisores, cámaras, televisores, etc.. Todos ellos nos miran (sí, ellos son los que nos miran), y nos devuelven la verdad de nuestra deformación, acomplejamiento y cata ética. No podemos escapar de ellos, nos enjuician a cada momento y, o los aceptamos, o nos negamos a reconocer lo evidente. Y la negación junto con la falta de atrición nos llevan a la perdición.

Si Anomalous puede “pecar” (faltaría más que no lo hiciera), es de la calma y flema de la propia estructura narrativa intrínseca. Al apoyar casi todo su cuerpo en una conversación de adultos, (gran Lluís Homar e hierática Christy Escobar), el ritmo, aunque entremezclado con pasajes más movidos, en ocasiones decae lánguidamente, (la señorita Starling recreó una situación parecida con el doctor Lecter y la tensión fue apabullante…¿a lo mejor encadenando a Lluís Homar para la próxima…no sé?. !Quid pro quo¡). A su favor hay que recordar que el buque insignia del terror clásico que ostenta Psicosis no tuvo su primera sangre hasta el minuto 48, circunstancia que desorientaba a los espectadores de la época que acudían en masa a las salas de cine con la promesa de una película que se vendía como sangrienta.

Mientras Buñuel nos entregaba en bandeja a un grupo de orgullosos ricachos que finalmente acababan mostrándonos sus más bajas e inconfesables miserias en un contexto opresivo, Hugo Stuven retuerce el sótano de una comisaría para que un psiquiatra nos haga partícipes de la eterna lucha entre lo fácil y lo correcto. La opresión del film se ciñe bien firme al cuello, cual apéndice de Xenomorfo. Los espacios se acortan y se empequeñecen progresivamente. Empezamos en el caserón de “Los otros de Alejandro Amenabar”, seguimos hacia el salón de “El Ángel exterminador de Buñuel”, continuamos en “La habitación de Fermat de Luis Piedrahita”, ingresamos a “La Cabina de Antonio Mercero” y pasamos a tomar los postres directamente al ataúd de “Buried de Rodrigo Cortés”. Al final solamente nos queda una salida, que el espectador comprobará con impaciencia, que es la única posible. Al final todos vivimos y morimos en una eterna tartera de hojalata.

La puerta del purgatorio está custodiada por un ángel que usa la hoja de su espada para escribir la letra “p” (peccatum) siete veces en la frente de Dante, ordenándole “Haz que lave, cuando esté dentro, estas llagas”. El ángel finalmente utiliza dos llaves para abrir la puerta, una de plata (remordimiento) y otra de oro (reconciliación), siendo ambas necesarias. A partir de ahí, David y el doctor Friedhoff tendrán que escribir su propio camino de penitencia para alcanzar el cielo, mientras que el ángel exterminador seguirá sempiterno el ademán. Aunque a veces le duelan sus pesadas alas justicieras deberá cumplir con sus encargos, entibando la infinita arquitectura cósmica en la que todos flotamos.

P.D. Los cines Séptimo oficio de Las Rozas son lo más parecido a ir a casa de unos amigos con unas cocacolas y unas bolsas de patatas fritas, para pasar la tarde arrullados entre mantas y crepitares de la chimenea.

P.D1: Tras el pase de la película que oficialmente se estrenará el próximo 11 de noviembre, el director y guionista abrieron un amable turno de preguntas con posterior sorteo de varios ejemplares de la novela de la película. (Lástima que no fuera agraciado con alguna de ellas).
forolibro
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