Conocí los precedentes a esta nueva adaptación cinematográfica del demonio rojo, engendrado por Mike Mignola, tanto en versión animada como con actores de carne, hueso y mano de piedra.
Conozco la filmografía de Millennium Media, a la que certeramente leí describir hace poco como la heredera espiritual de Cannon Group. Y sí, con engendros como 'Hunter Killer', 'Objetivo: Londres', 'El otro guardaespaldas', 'Conan el Bárbaro' y los interminables remakes de 'La Matanza de Texas', disfruté tanto como un gorrino retozando en una charca de barro, pese a ser consciente de que lo que estaba viendo era un gigantesco montón de mierda.
Conozco también el slogan publicitario con que 'Hellboy' aterriza en la cartelera: mándalo todo al infierno. Pero no pensé que con eso se referían a la propia película.
Y sí, por si todavía no estaba seguro de lo que se avecinaba tras las múltiples polémicas y retrasos provocados por los escarceos sexuales del director Nell Marshall ('Dog Soldiers', 'The Descent') -en su momento profesional más bajo- durante el rodaje, además en su 'Hellboy' sale Milla Jovovich interpretando a una hechicera que se desmonta en piezas y quiere conquistar el planeta. Eso, unido al impecable (sic) currículo profesional de la ex-modelo ucraniana que todo aficionado al fantástico conoce, no garantizaba precisamente la calidad del producto. Pero desde luego 'Hellboy' sí es una de las ocurrencias más torpes, fallidas e involuntariamente chuscas del cine reciente. Ah, y si lo que os preocupa es el cambio de protagonista, tampoco váis desencaminados. Incluso bajo las infinitas y pesadas capas de maquillaje, solamente existe un Ron Perlman. Por mucho que en la versión española traten de disimularlo endosándole -de nuevo- la inconfundible voz de Jordi Boixaderas. No contribuye tampoco a rebajar la sensación de vergüenza ajena la obviedad de que David Harbour es un señor enjuto y gordo con un absurdo disfraz de goma, o la conmovedora insistencia con que Thomas Haden Church se empeña en demostrarnos -en la piel de Lobster Johnson- que es capaz de hacer todavía más el ridículo que en 'Spiderman 3' (2007, Sam Raimi).
Desconozco si es verdad o no que existe un montaje con retoques a las secuencias más violentas. Y de ser así, apenas lo habría notado, porque el resultado seguiría siendo mucho peor que en anteriores ocasiones. Creedme si os digo que la proliferación o falta de sangre es el menor de los problemas en 'Hellboy' (2019, Neil Marshall). A la tercera tampoco va la vencida.