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Voto de antonio lopez herraiz:
5
22 de octubre de 2023
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Una vuelta a los orígenes en toda regla, tanto como para que Van Damme cierre su etapa en la liga de los blockbusters en una última gran amplificación de lo que ofreció en sus primeros éxitos, fusionando el cine de torneos de artes marciales -el guión lo cofirma Frank Dux, y después cofirmaría el fin de su amistad- con el clásico pasatiempo de sesión matinal con granujas aventureros: creo que ésta fue, por cierto, mi última película de Roger Moore en una sala de cine, aquí en su salsa autoparodiándose (atentos a su presentación) y regresando para algunas secuencias a la bondiana Isla de Phuket.
No falta nada -salvo, tal vez, mismo el grado de violencia- de lo que se le habría demandado a la estrella belga una década antes: el suplente que apuntaba a titular (James Remar), una reportera metomentodo (Janet Gunn), un Qissi -Abdel, para más señas, el de 'Lionheart'- con el que pelearse y la consabida nómina de amiguetes e ilustres invitados marciales o no, de Aki Aleong ('Braddock'), Jen Sung ('Kung Pow'), el luchador y muso de la Troma Brick Bronsky, Ong Soo Han ('El rey de los Kickboxers') a Stefano Miltsakakis ('Bloodsport') y una gran ristra interminable de especialistas en nómina de las estanterías del videoclub con los que hacer justicia a lo que había de ser un gran kumite internacional. Entre ellos, el albanés Pjetër Malota hace lo mismo que Jay Tavare en 'Street Fighter', hacer de luchador español zarandeándose y levantando los brazos como un bailaor flamenco.
En principio, 'The Quest' es el debut de Jean Claude Van Damme tras las cámaras, y digo en principio porque es tan factible que participase acreditándose como tal en las coreografías en muchas cintas anteriores como que aquí le echase un cable su buen amiguete Peter McDonald ('Rambo 3') acreditado en calidad de productor.
No falta nada -salvo, tal vez, mismo el grado de violencia- de lo que se le habría demandado a la estrella belga una década antes: el suplente que apuntaba a titular (James Remar), una reportera metomentodo (Janet Gunn), un Qissi -Abdel, para más señas, el de 'Lionheart'- con el que pelearse y la consabida nómina de amiguetes e ilustres invitados marciales o no, de Aki Aleong ('Braddock'), Jen Sung ('Kung Pow'), el luchador y muso de la Troma Brick Bronsky, Ong Soo Han ('El rey de los Kickboxers') a Stefano Miltsakakis ('Bloodsport') y una gran ristra interminable de especialistas en nómina de las estanterías del videoclub con los que hacer justicia a lo que había de ser un gran kumite internacional. Entre ellos, el albanés Pjetër Malota hace lo mismo que Jay Tavare en 'Street Fighter', hacer de luchador español zarandeándose y levantando los brazos como un bailaor flamenco.
En principio, 'The Quest' es el debut de Jean Claude Van Damme tras las cámaras, y digo en principio porque es tan factible que participase acreditándose como tal en las coreografías en muchas cintas anteriores como que aquí le echase un cable su buen amiguete Peter McDonald ('Rambo 3') acreditado en calidad de productor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Kristopher Van Varenberg -es decir, su hijo Kris Van Damme- se fogueaba en la actuación como el mismo personaje que su padre en edad infantil antes de que el prólogo de pillos y rateros en Nueva York dé paso a un sorprendentemente bien llevado pastiche de géneros, una vez zarpa el barco, entre el cine de piratas, el de las competiciones con artes marciales y los robos con giros argumentales que, aunque sean previsibles, no abundan menos que los de las piernas de su protagonista o los arqueos de ceja de Sir Roger Moore.
Le fue peor de lo que merecía.
Al final de la peli Van Damme vuelve a Nueva York para ayudar a los niños. De ahí que cuando ha envejecido y se le ve caracterizado se parezca un poco a Paco Arango.
Le fue peor de lo que merecía.
Al final de la peli Van Damme vuelve a Nueva York para ayudar a los niños. De ahí que cuando ha envejecido y se le ve caracterizado se parezca un poco a Paco Arango.