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Voto de Cinemagavia:
8
Drama “Un día todos los hombres se quedaron dormidos… Y los cercos de la tierra, ardieron”. Una historia sobre la desobediencia, la amistad y la dignidad que existe en la resistencia. Rá, Culebro, Sere, Winny y Nano. Cinco chicos de la calle de Medellín. Todos huérfanos. Cinco reyes sin reino, sin ley, sin familia, emprenden un viaje en búsqueda de la tierra prometida. Emprenden el camino para recuperar un pedacito de tierra que las ... [+]
25 de septiembre de 2022
36 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Utopía colombiana

Mi primer acercamiento al cine colombiano fue con ‘La vendedora de rosas’ (Víctor Gaviria, 1998), la vi gracias a una mujer colombiana que me quiso enseñar la que era, según ella; ‘’La mejor película de mi país’’. Han pasado muchos años, pero ese fue un punto de inflexión de mi vida, ahí empezó a gustarme el llamado cine social. Esta película, al igual que Los reyes del mundo, estaba subtitulada, algo que me extrañó en el momento, pero que enseguida comprendí al no llegar a entender nada de lo que decían los protagonistas, hablábamos el mismo idioma, pero éramos desconocidos, estos recuerdos me vinieron a la memoria nada más comenzar a ver la cinta de Laura Mora Ortega.

Está claro que la directora colombiana bebe de muchos referentes, pero, lo más importante, es que se centra en los de su país para renovarlos y reinventarlos. Esto no es algo nuevo, ya lo hemos visto en otras películas como la increíble ‘Monos’ (Alejandro Landes, 2019). Esta nueva corriente cinematográfica, trata de reconducir la historia reciente de Colombia, creando nuevos referentes audiovisuales que traten los distintos sucesos traumáticos del país, que actualmente se encuentra en reinvención tras querer dejar atrás el estigma que ha supuesto el narcotráfico.

Un camino que emprenden en busca de una tierra prometida, donde se encuentra una Colombia nueva en la que todos son libres e iguales. Lo deja bien claro cuando nos muestra un burdel bastante decadente en el que apreciamos una bandera colombiana roída, como símbolo de aquel pasado oscuro. No obstante, son los tres protagonistas los que entran en ese espacio, buscando redención y por ello, podemos ver a mujeres mayores, que seguramente han perdido a sus hijos por el narcotráfico, y a jóvenes adolescentes, bailar juntos como si fueran madre e hijo, unas madres que ellos nunca tuvieron y unos hijos que ellas perdieron.

*Abrazar al caballo blanco

El simbolismo inunda la pantalla de Los reyes del mundo. Comenzamos y acabamos con escenas simbolistas, y entre medias tenemos secuencias que evocan a ello, pero lo que está siempre presente es el caballo blanco y puro, como la visión que tiene nuestro protagonista de su abuela, que va acompañando a los protagonistas. Inicialmente empezamos en la ciudad, con una cámara muy agresiva que hace sentir al espectador la presencia del exceso y la violencia del entorno, para luego pasar a una parte en el campo más simbólica, reflexiva y observacional.

La estructura no es nada nueva, la hemos visto muy repetida en el cine de este tipo, sabemos en todo momento lo que va a suceder y eso es algo que va en contra de la película, sin embargo, la dirección de Laura Mora Ortega es lo que le aporta ese grado de valor que la hace tan especial. Además, toma la decisión de ir a la contra y contar la historia a través de personajes que tratan de huir de la violencia, y no la emplean como tal, como sí se había visto en numerosas películas semejantes.

Ese carácter reflexivo, es el que le da el toque de interés a la obra, que cuenta con momentos tan sencillos, pero épicos, como la ruptura de las bombillas de farolas, el encuentro en el burdel o la acogida de un señor al que todo el mundo repudia. Momentos en los que Rá, Culebro, Sere, Winny y Nano paran su camino, para aprender algo nuevo y continuar hacia su tierra prometida, en la que quizá encuentren esa libertad que tanto ansían.

*Conclusión

Laura Mora Ortega consigue realizar una película coherente y creativa, a pesar de su estructura clásica en la que todo lo que va a suceder es predecible de principio a fin. Sin embargo, el toque observacional, reflexivo y simbólico de la obra, aporta un grado de interés excepcional. Cabe mencionar que dentro de este simbolismo podemos encontrar también algunas relaciones excesivamente obvias, pero por lo general, están muy bien integradas y son bastante evocadoras.

Los reyes del mundo cuenta con escenas que se quedarán grabadas en la retina del espectador que ame un cine reflexivo, que consiga romperle todos los esquemas. Una obra que representa esa búsqueda de libertad que todos hacemos cuando somos jóvenes, pero que, quizá, se nos va olvidando por el camino. Un canto a la igualdad de todos que nace con la proclama; ‘’Todos los hombres seremos iguales’’, en el futuro o en el paraíso, quién sabe lo que nos deparará esta amarga existencia.

Escrito por Santiago Varela Antúnez
Cinemagavia
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