Tras su exitoso recorrido por distintos festivales, como el Festival de Sitges o el Festival de Tribeca en el año 2017 , el 29 de Junio se estrena en España El Infinito, la nueva película de Justin Benson y Aaron Moorhead (“VHS Viral”), en la que no sólo dirigen si no que también interpretan al dúo protagonista. Este largometraje relata la historia de dos hermanos que, 10 años después de escapar de una secta, deciden volver debido a una cinta de vídeo sobre aquella que han recibido misteriosamente en su apartamento. El resto del reparto lo componen, entre otros, Tate Ellington (“Sinister 2″), Callie Hernandez (“Blair Witch”) y Lew Temple (“Kidnap”).

El mundo de las sectas se alza como uno de los subgéneros de terror de mayor auge en los últimos tiempos. Películas como “La Invitación”, “Regresión” o la recién estrenada “Hereditary” tratan sobre ello, de forma más o menos superficial. El éxito es debido, en parte, a que no es un género tan sobrexplotado como son el slasher o las casas encantadas. El film que nos ocupa, El Infinito, se mete de lleno en dicho campo a través de los hermanos Smith incorporando además elementos de ciencia ficción o el thriller. No tanto de terror, aunque esté catalogada como tal.

El Infinito ha tenido un largo recorrido por distintos festivales internacionales donde ha cosechado críticas muy positivas, generando así unas altas expectativas en los espectadores que aún no habían podido disfrutar de la película. Estas expectativas son un arma de doble filo ya que, aunque provocan mucha expectación, es muy probable que no cumpla con lo que nosotros esperábamos ver. Eso es justamente lo que me ha ocurrido y los motivos no son pocos.

Los directores han sido demasiado ambiciosos. Contando con tan poco presupuesto como el que disponían, es muy arriesgado que los ingredientes referentes a la ciencia ficción queden bien elaborados. No es necesario contar con el dinero de una superproducción, pero al menos sí aprovecharlo eficientemente y, aunque lo han intentando (jugando con la oscuridad y con no mostrar todo), el resultado ha sido fallido. Y es que por sus aspectos técnicos El Infinito podría pasar por una película de SyFy.

Mención a parte merece el guión y es que sin duda no deja indiferente. Unir sectas, viajes en el tiempo y monstruos lovecraftianos es algo insólito y supone una valentía digna de admirar. No obstante, esto igualmente conlleva un riesgo: el de querer abarcar demasiado. Un error que nuevamente han cometido Benson y Moorhead. Por otro lado, el hecho de que los directores también interpreten al dúo protagonista junto a que dos personajes de Resolución, ópera prima de los mismos, aparezcan de nuevo en El Infinito me hace sospechar que han pecado de una arrogancia preocupante.

El Infinito es lo que se dice popularmente como un quiero y no puedo. Un thriller sobrenatural con ínfulas de película de culto, pero que se queda en una decepción absoluta. Uno más de aquellos films sobrevalorados por los gafapastas de turno. Si quieres ver un buen largometraje sobre sectas, recomiendo fervientemente “La Invitación”.

Escrito por Víctor González Guerrero
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