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Voto de Cinemagavia:
7
Drama. Intriga Alejandro y Ana llevan a su familia de vacaciones a una isla remota en el sur de Chile. La tranquilidad del viaje se ve perturbada cuando Nicolás, el encargado del mantenimiento, que los transportó hasta allí, desaparece dejando a la familia atrapada. (FILMAFFINITY)
19 de junio de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Una reunión como detonante para mostrar la miseria humana

Dios creó a los hombres y a las bestias. En el libro de Job encontramos la frase: «Qué nos enseña más que a las bestias de la tierra, y nos hace más sabios que a las aves del cielo?». El director chileno Jorge Riquelme Serrano y su co-guionista Nicolás Diodovich, parecen tener clara su respuesta. Los hombres no son más sabios que las aves y son más salvajes que el resto de bestias. El director filma a sus personajes, en diversas ocasiones, con un plano cenital que parece querer emular la visión juiciosa de un Dios escéptico.

Algunas bestias sigue la misma estructura que los anteriores trabajos de los guionistas. Jorge Riquelme Serrano debutó con la película Camaleón (2016). En ella, dos amigas se reunían en una apartada casa en la playa, hasta que la irrupción inesperada de un tercer personaje hacía dinamitar su tranquila estancia. Por su parte, Nicolás Diodovich, escribió el libreto de Línea de cuatro (2017). Una historia en la que unos amigos se reencontraban para ver la final de un mundial y donde un inocente juego sacaba a relucir algunas verdades dolorosas. La idea de una reunión como detonante para sacar a relucir las miserias de un grupo de personas, ya la encontramos en la dogmática Celebración (Thomas Vinterberg, 1998). Ese punto de partida, vuelve a repetirse en esta sorprendente película chilena.

Si en sus anteriores trabajos se exploraba el lado conflictivo de las relaciones y los secretos más oscuros de la mente humana, en Algunas bestias la apuesta se eleva hasta niveles de una incomodidad casi insoportable. Nos presentan una reunión familiar vacacional en un entorno idílico que terminará escarbando en lo más enfermizo del género humano como modus operandi habitual de una familia disfuncional.

*Haneke, Lanthimos y muy mala leche

Algunas bestias tiene la misma frialdad escénica del cine de Michael Haneke, ahondando con igual insistencia impúdica en lo más perturbador de la psique humana. Se añaden ráfagas del humor malsano y sarcástico del griego Yorgos Lanthimos, en especial, a la hora de afrontar el sexo y las relaciones humanas. Más allá de sus referentes, el cineasta chileno Jorge Riquelme Serrano, demuestra una personalidad propia a través de una puesta en escena tremendamente madura.

Utiliza largos planos generales, con la cámara habitualmente fija, sabiendo manejar el movimiento escénico de los actores. Huye del puro contexto teatral y propone un montaje de la acción sobre la propia cámara, creando un universo donde la pantalla se convierte en una prisión claustrofóbica para el espectador. Esa puesta en escena, le suele funcionar a la perfección, como sucede en la más polémica de las escenas (si has visto la película sabrás a cuál me refiero), estirada de forma provocadora.

La cámara estática deudora del Haneke más analítico, promueve un distanciamiento emocional hacia los personajes. Esa familia de locos refleja la decadencia humana. En especial, la de una generación pinochestista de nuevos ricos que recupera el arquetipo de la sociedad dictatorial en la que crecieron. Es clave ese enfoque sobre el abuso y el desprecio clasista hacia generaciones castigadas por la fluctuación de una económica frágil que apenas les ofrece oportunidades. Una posición de poder que manifiestan desde la mezquindad más absoluta. Todo eso se expone con una sutileza abrumadora, subrayada por la belleza del paisaje idílico que ofrece la isla.

*Conclusión

Algunas bestias es un inclasificable drama chileno dirigido con mano firme por Jorge Riquelme Serrano. No es una película fácil, ni para todos los públicos. Nos sitúa ante una situación familiar de apariencia inicial inofensiva, donde los conflictos se cuecen a fuego lento. Si el espectador hace el esfuerzo de mirar más allá de las imágenes, desde el inicio ya adivinará un ambiente malsano sobrevolando por encima de las situaciones cotidianas y de las conversaciones banales de esa familia disfuncional. Eso genera un suspense tenso que te atrapa y te acabará explotando en la cara de la manera más salvaje e inhumana imaginable.

Algunas bestias discurre con un ritmo pausado, a través de una cámara contemplativa que nos distancia de los personajes. Su minimalista narrativa se basa en planos generales y estáticos de larga duración, con un coreográfico movimiento escénico de los actores. El estupendo reparto encaja a la perfección en el perverso juego que les propone el director, destacando el trabajo de Alfredo Castro. El estilo de la película contiene ecos del cine de Haneke y Lanthimos.

Por su peculiar estilo narrativo, exige más paciencia de la habitual en el cine actual. Eso, unido a un final terriblemente explícito e incómodo, ocasionan de forma irremediable un choque de sensaciones encontradas. No todos los espectadores serán capaces de asumirlo. Algunas bestias es un film terrorífico sobre la condición humana y sobre el abuso de poder, que coloca sobre el tapiz cinematográfico la figura de un director que habrá que seguir con atención.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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