Fue ayer cuando la vi, junto a mi acompañante; y aún no se me han borrado de la cabeza algunas de las escenas más brillantes de la película, pues creo que perdurarán ahí bastante tiempo. Es de esas películas que quedan bien grabadas en la memoria, pues sus escenas no son fáciles de olvidar, en primer lugar por lo realista que se nos presenta la cinta en sí. Un nuevo clásico es lo que se nos viene encima; una verdadera joya que quedará escrita en la historia del cine; y por muchos motivos, algunos de los cuales citaré a continuación.

Un aplauso a los espectaculares efectos especiales. Ésto justifica que el buen uso de las técnicas digitales de hoy día pueden aportar mucho al cine. Ya nadie puede decir lo contrario. Se ha demostrado: los efectos especiales recreados por ordenador pueden llegar tan lejos que te harán dudar si lo que ves es real o simplemente algo virtual. Por otra parte, ésta técnica posibilita el hecho de rodar escenas que hayan surgido directamente de tu imaginación, pues el cine de hoy en día no tiene límites (más que el presupuesto, claro está). El mejor ejemplo sería ésta obra maestra, junto con la sublime “Avatar” que nos trajo el señor James Cameron hace ya casi dos años (ambas comparten el mismo equipo de efectos visuales, según leí... y se nota). Sin el grandioso Andy Serkis no hubiera sido posible la excelente puesta en escena del protagonista, César; así que otro aplauso para éste actor, que debería de tener ya unos cuantos “Oscar” en la vitrina de su comedor por sus demás trabajos.

Me gustaría destacar las escenas de acción, por que hubo momentos en los que, sinceramente, se me pusieron los pelos de punta. Como ya dije antes, el realismo es tal que el hecho de ver a un “ejército” de simios inteligentes tomando las calles de San Francisco es un verdadero espectáculo por el cual ya merece la pena pagar las entradas de cine. Y es que está todo tan bien planteado, tan bien organizado... El guión está de lo más elaborado, escrito correctamente para poder narrar todo a su debido tiempo, sin prisas... pero sin pausas; pues no se trata de una película de casi tres horas como “Avatar”. Para durar algo menos de dos horas he de decir que se ha exprimido al máximo cada minuto, no da tiempo a aburrir en ningún momento; y eso es algo que me ha gustado, pues es una película disfrutable al cien por cien. Me ha gustado, por otra parte, la interpretación de James Franco. Éste hombre sabe actuar, y siempre lo ha demostrado.

En definitiva; mi acompañante y yo hemos presenciado un espectáculo que creemos dejará una gran huella en la historia del cine de ciencia ficción; pues, sin duda alguna, se merece un gran hueco. Una verdadera obra de arte que gustará a cualquier amante del buen cine. Digna de recordar.

Un saludo.