No se sabe bien a qué genero pertenece, la trama es muy esquemática y le falta hondura, quedándose a medias en casi todo lo que sugiere. Pero lo que no puede negarse es que esta es una película que está bien construida, porque sin ser nada del otro mundo es entretenida. Y ese transitar entre códigos diversos, del policial a la comedia romántica, también la hace distinta.

Cuenta además con muy buenas interpretaciones a cargo de un reparto de lujo y con alguna secuencia para el recuerdo, como la de Keitel, Aiello y Rod Steiger en el despacho de este último, Y aunque la trama sentimental y el paralelepípedo amoroso entre Keitel, Sarandon (muy desaprovechada), Kline y Mastrantonio no esté nada logrado, la película funciona bastante bien como comedia.

Si esto es así, o a mí me lo parece, es también gracias a un guión y unos diálogos de John Patrick Shanley tan hábiles y contenidos como desprovistos de sal gorda, los propios de una comedia elegante, sugerente y ligera.

Y es que, mira por donde, sin que llegue a su altura, en eso la película recuerda un poco a "Hechizo de Luna", escrita también por Shanley. Además de la presencia de Danny Aiello, ambas tienen también en común a Norman Jewinson, aunque aquí solo produzca y no dirija, amen del montador (Lou Lombardo) y otros miembros del equipo técnico como el diseño de producción (Philip Rosenberg) o el director artístico (Dan Davis).

Ni que decir tiene que así como allí todo estaba magistralmente ensamblado, aquí los resultados fueron muy inferiores, aunque los materiales a empastar, el tono y la intención fuesen parecidos. Pero no por ello esta película es el bodrio que algunos han querido ver. Y merece un visionado.