Nunca se evaporará de mi memoria la canción de Charles Aznavour que hablaba sobre la muerte La Mamma, y cuya estrofa principal he elegido como título para la última película de Nanni Moretti, película que sin lugar a dudas no me ha dejado indiferente. Moretti es un director que, puede gustar o no, pero nunca pasa inadvertido.
El director italiano en esta película nos habla de un tema tan manido como la muerte, en este caso, la muerte de una madre, con un, a mi juicio, inteligente uso del montaje que encaja perfectamente con su discurso narrativo, y de como sus dos hijos afrontan su advenimiento, centrándose principalmente en Margaritha, directora de cine, en pleno rodaje de una película, cuyas vicisitudes y viacrucis se entremezclan con sus diferentes affaires personales, sentimentales y familiares, bajo la penumbra de la inminente muerte de su madre.
Margaritha tiene que lidiar con todo ello al mismo tiempo, con un torrente de sentimientos, sensaciones, recuerdos que desembocan en constantes situaciones tragicómicas que no dejan de reflejar la sinrazón de la vida, y que también me recuerdan a esa frase que dijo John Lennon de que "la vida es todo aquello que planeamos mientras estamos ocupados", y de ese proverbio machadiano que decía que " Hoy es siempre todavía", pero en el film todo ello se destila con acentuado caracter vitalista... Porque para aprender a vivir solamente hay que vivir, interactuar con la vida intensamente, siempre pensando en el mañana, como su madre le mentaba.