La casa del lago sobresale ante todo por un guión con partes muy bien escritas, donde el guionista se deja llevar por todo ese romanticismo a flor de piel, pero a la vez una realidad como lo es no apreciar lo que verdaderamente tenemos a nuestro lado y no pensar en imposibles, mientras se nos va la vida ambicionando quimeras. La película de tono apacible con muy buena musicalización y ambientación, aunque cae irremediablemente en inconsistencias y no es lo suficiente valiente para mantener una idea inicial y llevarla hasta sus ultimas consecuencias, como en la vida misma.

"Pero no es real, Alex.
Tengo que aprender
a vivir la vida que tengo."