Howard Hawks nos dejó obras maestras del cine negro, de la comedia, del western y dos de aventuras que tienen muchos aspectos en común: "Sólo los ángeles tienen alas" y "Hatari".
En ambas son los personajes los dueños de la función, más allá de la trama, casi anecdótica. La relación de los personajes y sus distintos rangos (el jefe, los subalternos, la dueña, la periodista, el conductor) tiene mas peso que la subtramas del reto al que se enfrentan cotidianamente. Casi funcionan como un pequeño milagro que hace que sus películas se mantengan vigentes, ya que el canto a la amistad, el amor, la aventura, los rencores, es algo que permanece más allá del tiempo o de la técnica con la que ha sido rodada. Aunque a pesar de sus más de 50 años las escenas de acción siguen siendo espléndidas, rodados con esmero, muy diáfanas de seguir y tremendamente eficaces. Comparar una caza los dinosaurios de "el mundo perdido" con el del rinoceronte de "Hatari" queda descompasado por la técnica, sin embargo, la de "Hatari" resulta más emocionante.

Mención especial se merece la música de Mancini, al margen de la socorrida "Baby elephant walk", todos los scores de la banda sonora son preciosos y combinan de maravilla con la imágenes.
Lo peor que se lleva con el tiempo son algunos conceptos machistas típicos de Hawks y el humor de Red Buttons, a pesar de que tiene momentos memorables como su ingeniosa forma de cazar monos.