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Voto de ATTICUS:
19.992
Drama
Galicia, años 40. Al mismo tiempo que sortea los rigores de la posguerra, Elena (Verdú) y su hijo Lorenzo (Roger Princep) mantienen las apariencias para ocultar los secretos de la familia: Elenita (Irene Escolar), la hija adolescente, se ha fugado embarazada con su novio Lalo (Martín Rivas), un joven fichado por la policía; y su marido (Javier Cámara) vive oculto en un hueco practicado en el dormitorio matrimonial. Por si fuera poco, la ... [+]
25 de septiembre de 2008
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
(O de cómo José Luis Cuerda ha sido abducido por Giménez Rico)
“Los girasoles ciegos”, basada en dos relatos contenidos en la novela homónima del fallecido Alberto Méndez, es hasta la fecha la última película de José Luis Cuerda.
Maribel Verdú es Elena, personaje alrededor del cual gira la trama, cuya vida se sucede en una capital de provincias durante la posguerra franquista. Su existencia transcurre con el temor de que sus secretos familiares sean descubiertos y con el remordimiento de sentir deseo hacia la persona equivocada.
La película es tremendamente teatral, desarrollándose gran parte de su metraje en los mismos escenarios: una calle de Ourense, el patio del colegio y el piso familiar, lo que genera una sensación continua de Déjà Vu.
El último guión de Rafael Azcona nos regala muy buenas interpretaciones de Verdú (¡Qué grande eres, Maribel!), Cámara, Ejido y Arévalo, el cual nos ofrece un cambio de registro realmente admirable.
Y qué decir de las jóvenes promesas del cine español, Roger Princep y Martín Rivas (AKA Martiño Rivas). Ambos tienen un Orfanato o un Internado en su currículo y su “talento” es comparable. El primero tendrá unos rizos preciosos a lo Shirley Temple, pero sus interpretaciones no transmiten la frescura de los pequeños (hace unos años, cuando todavía lo eran) Manuel Lozano o Juan José Ballesta. Y Martín, que decir de Martiño. Su interpretación es de las que hacen historia y no precisamente por su intensidad. ¡Por favor, un premio YoGa para el retoño de Manuel Rivas!
Por si fuera poco, hace unos días me entero de que nos encontramos ante una de las candidatas españolas para los Oscars. Acaso han olvidado estos académicos películas tan ingeniosas y sorprendentes como, por ejemplo, “Los cronocrímenes” o “Rec”, pequeñas joyas muy bien recibidas en Estados Unidos.
Resumiendo, una película con la factura técnica de un capítulo de “Amar en tiempos revueltos” y la frialdad de un capítulo de “Amar en tiempos revueltos”.
Lo mejor: Las interpretaciones del cuarteto adulto.
Lo peor: Casi todo lo demás.
“Los girasoles ciegos”, basada en dos relatos contenidos en la novela homónima del fallecido Alberto Méndez, es hasta la fecha la última película de José Luis Cuerda.
Maribel Verdú es Elena, personaje alrededor del cual gira la trama, cuya vida se sucede en una capital de provincias durante la posguerra franquista. Su existencia transcurre con el temor de que sus secretos familiares sean descubiertos y con el remordimiento de sentir deseo hacia la persona equivocada.
La película es tremendamente teatral, desarrollándose gran parte de su metraje en los mismos escenarios: una calle de Ourense, el patio del colegio y el piso familiar, lo que genera una sensación continua de Déjà Vu.
El último guión de Rafael Azcona nos regala muy buenas interpretaciones de Verdú (¡Qué grande eres, Maribel!), Cámara, Ejido y Arévalo, el cual nos ofrece un cambio de registro realmente admirable.
Y qué decir de las jóvenes promesas del cine español, Roger Princep y Martín Rivas (AKA Martiño Rivas). Ambos tienen un Orfanato o un Internado en su currículo y su “talento” es comparable. El primero tendrá unos rizos preciosos a lo Shirley Temple, pero sus interpretaciones no transmiten la frescura de los pequeños (hace unos años, cuando todavía lo eran) Manuel Lozano o Juan José Ballesta. Y Martín, que decir de Martiño. Su interpretación es de las que hacen historia y no precisamente por su intensidad. ¡Por favor, un premio YoGa para el retoño de Manuel Rivas!
Por si fuera poco, hace unos días me entero de que nos encontramos ante una de las candidatas españolas para los Oscars. Acaso han olvidado estos académicos películas tan ingeniosas y sorprendentes como, por ejemplo, “Los cronocrímenes” o “Rec”, pequeñas joyas muy bien recibidas en Estados Unidos.
Resumiendo, una película con la factura técnica de un capítulo de “Amar en tiempos revueltos” y la frialdad de un capítulo de “Amar en tiempos revueltos”.
Lo mejor: Las interpretaciones del cuarteto adulto.
Lo peor: Casi todo lo demás.
