Haz click aquí para copiar la URL
España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
5
Terror. Drama Controvertido, turbador y polémico film sobre un clérigo, en la Francia del XVII, acusado de herejía. La historia se basa en los hechos reales de la ciudad de Loudun, que son conocidos como el caso más grande de posesión diabólica jamás registrado dentro de la Iglesia católica. (FILMAFFINITY)
20 de junio de 2009
28 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abordar el tema de la Inquisición sin caer en maniqueísmos previsibles es tarea casi imposible en el cine progre, por lo que cualquiera que vaya a ver “Los demonios” de Ken Russell ya sabe quien serán las víctimas y los verdugos mucho tiempo antes de que ocurra nada especial. Ya saben, clérigos medio locos torturando a diestro y siniestro en nombre de Dios. Profundizar en las razones de por qué se hacía eso –que tampoco era así- ya es demasiado pedir para algunos.

Pero no es por ello por lo que le doy una nota de insuficiente, más bien al contrario, toda esa parte final desde el juicio –aunque rodada demasiado cinematográficamente, y con muy poco rigor histórico- hasta el final es lo mejor de toda la película. El problema es que para llegar ahí tendremos que soportar una hora larga de escenas estridentes, zafias, altisonantes y de muy dudoso gusto. Y cuando una obra elige el camino de lo nauseabundo y lo grotesco, casi nunca me encuentro entre sus pasajeros. Como dice otro compañero, tiene demasiados momentos tipo cine de John Waters, para unos eso será una virtud, para mí es un claro defecto.

Una lástima, hubiese podido ser una gran película si no hubiese querido ser un maldito moderno, pero la soberbia no casa bien con la claridad de ideas, y si una palabra define el cine de Ken Russell es la pretenciosidad, como en “Valentino”.

Con la música es mejor bajar el volumen, a lo que se añade uno de los peores papeles de Vanessa Redgrave de toda su carrera. En el lado positivo hay que quedarse con Oliver Reed, espléndido, que salva, solo en parte, la película cada vez que aparece en pantalla.

Como decía Baudelaire, lo que hay de embriagador en el mal gusto es el placer aristocrático de desagradar.

Nota: 4,8.
vircenguetorix
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow