Es una lástima que un director del talento de Sydney Pollack haya “fallecido” artísticamente tan joven. No sé si podía haber sido uno de los grandes, puede que tanto no, pero desde luego podría haber estado en un segundo o tercer escalón si hubiera cuidado mucho más su filmografía.

Nunca lo sabremos, pero al menos tenemos un buen puñado de grandes películas suyas –de otros muchos no podemos decir ni eso- que perdurarán por siempre. No ocurre lo mismo con esta, “Sabrina (y sus amores)” perteneciente a esta última y más floja etapa creativa, donde la calidad está racionada.

De esa falta de buenas ideas de Pollack se demuestra que se ponga hacer un remake de un clásico que es inimitable. Es cierto que al menos tiene buen gusto al acercarse a una obra de Billy Wilder, pero tampoco es menos cierto que tiene muy pocas cosas nuevas que ofrecernos.

Lo mejor es toda la clase y sofisticación que destila esta película muy fina, y el escaso pero reconfortante sentido del humor de la misma sobre todo en su penúltima escena. Debería haber sido más comedia y menos pastelón romántico y puede que el resultado hubiera sido más meritorio.

Obviamente si no has visto mucho cine ni tampoco te interesa especialmente, desconoces el original y tienes ganas de pasar un par de horas con una historia de amor al uso, esta versión de Sabrina desde luego que no desentona.

Nota: 5,4