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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
6
Drama En Casablanca, Ali, Kwita, Omar y Boubker son niños de la calle que viven en el puerto, pero Ali sueña con ser marinero y recorrer el mundo. Un día, durante una pelea con una pandilla, Ali es asesinado. Sus amigos deciden enterrarlo como a un príncipe y, después, embarcarse para hacer realidad el sueño de su amigo: encontrar la isla de los Dos Soles de la que alí tanto hablaba. (FILMAFFINITY)
3 de julio de 2009
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho antes de Fernando Meirelles nos descubriera el “submundo” con “Ciudad de Dios” ya se habían realizado otras películas sobre la misma temática, es decir, los niños de la calle. “La vendedora de rosas” de Colombia o “Ali Zaoua, príncipe de Casablanca” de Marruecos son dos ejemplos de ello.

Todas estas películas tienen una doble cara, si por un lado son bonitas, tiernas y emotivas, por otro lado no consiguen ni mucho menos llegar a ser denuncia, porque las denuncias no se hacen describiendo de manera poética, sino atacando a los que realmente roban y explotan.

Luego otro problema es que suelen ser repetitivas hasta la saciedad, un grupo de chavales desamparados y sus desventuras por los barrios de la ciudad en cuestión. Normalmente suele morir alguno de los protagonistas, y entre drama y drama solemos asistir a algún que otro momento alegre para empatizar más con el espectador.

Pero el gran fallo de esta es sin duda que se presenta como una película árabe, y no es así. Los que pusieran las pelas son franceses y belgas, y el director es un parisino, uno de esos marroquíes de clase media-alta, que viven en su lujoso apartamento y han recibido la mejor y más cara educación posible, pero van de progres. El señor Ayouch tiene una concepción de la pobreza muy europea. El mundo árabe es distinto. Muy diferente a lo que ocurre en Asia o Hispanoamérica. Allí tienen el Islam. Como en aquellas sociedad la cobertura social estatal brilla por su ausencia, los partidos islamistas se encargan de la ayuda, así reclutan a los jóvenes. Nada de eso veremos. Fíjense si está destinada al público occidental que en toda la película no vemos ni un solo hiyab. Y en Casablanca hay cientos de miles, y mucho más en los barrios pobres.

Incluso el tema del niño marinero y su entierro, es completamente laicista. Un buen musulmán jamás acabarían en el agua, el mar como elemento poético es plenamente europeo. Los musulmanes se entierran de medio lado, sobre el costado derecho, mirando a la La Meca. Pobres y ricos.

Es decir, no veo suficientes elementos que la caractericen como una película realmente árabe, con sus particularidades específicas, que no se dan en ningún otro lugar del mundo. Nos tenemos que conformar con ver la camiseta del equipo del Raja, el club de las clases populares de Casablanca.


Nota: 6,2.
vircenguetorix
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