Más allá de los méritos artísticos de la película de Emmerich, que no son muchos excepto un virtuosismo en muchas escenas de acción que denotan gran calidad en los medios, creo que es más interesante acercarse a “El día de mañana” desde postulados científicos. Veamos lo que sugiere su argumento aproximadamente.

El calentamiento global al que está expuesto diariamente nuestro planeta conducirá a un derretimiento de los casquetes polares, por lo que el agua dulce pasará a mezclase con el agua sala marina, provocando un cierto cambio en las corrientes oceánicas y afectando directamente al clima, trayendo otra vez una nueva edad del hielo. ¿Es verosímil dicho planteamiento? Básicamente sí, en estos asuntos la escala temporal es la marca diferencias, el director prefiere hacerlo todo muy paroxístico y espasmódico, lo cual es casi improbable, pero científicamente posible, aunque sea mínimamente.

Ya hemos tenido pequeñas edades de hielo en época humana, y el cambio fue bastante brusco, en apenas diez o veinte años se produjeron descensos enormes de temperatura provocados precisamente por el volcado de agua fresca en el Atlántico.

Sabemos que en lo que llevamos de siglo la temperatura ha aumentado casi cerca de un grado, puede parecer poco, pero eso lleva consigo un aumento del nivel del mar de casi veinte centímetros. Algunos archipiélagos y países de Oceanía dejarán de existir en unas décadas. Y otras partes muy pobladas del planeta como Bengala corren serio peligro inminente. Por no hablar del desastre ecológico, cientos de miles de especies vegetales y animales desaparecerán.

Como decía antes, el director Emmerich acelera los tiempos del desastre y eso tranquiliza a los espectadores. La mala noticia es que igual que es muy improbable que venga tan deprisa, tampoco nos dejará como lo hace en el film. Tardaría muchas décadas en revertir el problema. El fenómeno climático más parecido que tenemos ahora es el “Niño”, que de forma abrupta golpea y destroza la costa de Perú cada cierto tiempo. En cualquier caso hay una cosa muy clara, si se produjese en la actualidad un apagón termohalino de las corrientes oceánicas no tenemos un plan para evitar las consecuencias.

El cambio climático es un fenómeno natural, el clima siempre está cambiando, pero una cosa es eso y otra cosa muy distinta que le ayudemos a darse más prisa con nuestra infinita porquería de dióxido de carbono.

Mañana puede ser un buen día para que dejes el coche en casa y cojas el autobús.

Nota: 5,4.