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Voto de Eloy:
10
7,7
16.082
Drama
“La Gaviota” es un caserón situado en las afueras de una ciudad del norte de España. En ella viven Agustín, médico y zahorí, su mujer, maestra represaliada por el franquismo, y su hija Estrella. La niña, desde su infancia, sospecha que su padre oculta un secreto. (FILMAFFINITY)
19 de julio de 2015
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace más o menos un año me puse a buscar películas españolas de gran interés y en varias páginas había un denominador común, que era "El espíritu de la colmena", de un tal Víctor Erice. La vi y me encantó. Poco después descubrí que ese mismo director había filmado otra película titulada "El Sur", la visioné y doy gracias de que un día descubrí que existe un genio llamado Víctor Erice, quién en 1983 filmó la que ya es una de mis tres películas favoritas.
"El Sur" es una de esas películas de entre quinientas con la que uno consigue conectar mientras que los otros solamente ven "un muy buen film". Me parece una película de una calidad abrumadora, alegre, melancólica y con unas actuaciones muy potentes. Nos retrata la vida de los perdedores de la Guerra Civil vista desde los ojos de Estrella, una niña de 8 años. Estrella siente gran animadversión por la figura de su padre, un médico y zahorí, quién con motivo de la guerra tuvo que dejar el sur por discrepancias ideológicas con su propio progenitor. Todo un ejemplo de como las ideas te pueden separar de tus seres más cercanos.
En las actuaciones todos dan lo máximo de sí mismos. Por un lado encontramos a dos actrices en el papel de Estrella. Tanto Sonsoles Aranguren en la niñez del personaje como Icíar Bollaín (sí, la directora) en la adolescencia cumplen con creces. La mejor actuación de la película, bajo mi punto de vista, nos la ofrece el italiano Omero Antonutti, quién interpreta a Agustín, el padre de Estrella. Pese a que por motivos obvios es doblado al castellano, su actitud contenida, mirada y lenguaje corporal hablan por sí solos; una de las mejores actuaciones que se pueden encontrar en nuestro cine. En el papel de la madre de Estrella encontramos a Lola Cardona, quién interpreta a un personaje que no es más que un símbolo, tal como lo era la madre de las niñas en "El espíritu de la colmena", en este caso Cardona representa la resignación. Especial mención merece la siempre correcta Rafaela Aparicio, que a pasar de salir en muy pocas escenas ofrece un papel muy digno, deleitándonos con esa vis cómica tan propia de ella y a la vez con una sensibilidad abrumadora, demostrando que podía actuar en cualquier género.
De obligada mención es la fotografía de José Luis Alcaine, ayudando a crear esas atmósferas tan lúgubres propias de el norte, que es donde se desarrolla íntegramente la película. La luz juega un papel muy importante en escenas muy puntuales del film. La iluminación, claramente tenebrista, enfoca aquello que el director quiere que veamos en todo momento, recordándonos a obras pictóricas de Caravaggio. Un claro ejemplo es la escena en la que Agustín enseña a Estrella a utilizar el péndulo de zahorí.
El guión de esta historia, basada en un relato de Adelaida García Morales, es rodado de forma que el espectador sea capaz de identificar elementos que se contraponen entre niñez y adolescencia de Estrella (detalles en el apartado de "spoiler"). Escenas calcadas en cuanto a guión, pero que adquieren un significado muy distinto. El guión de "El Sur" no deja de ser el péndulo que Agustín regala a Estrella al principio del film, ese péndulo con el que Erice nos maneja y muestra como evolucionan los acontecimientos.
Termino la crítica dando las gracias a Erice por esta obra maestra absoluta de nuestro cine. Una película que callará las bocas a más de uno que menosprecia todo cuanto se hace en España. "El Sur" es cine con mayúsculas.
"El Sur" es una de esas películas de entre quinientas con la que uno consigue conectar mientras que los otros solamente ven "un muy buen film". Me parece una película de una calidad abrumadora, alegre, melancólica y con unas actuaciones muy potentes. Nos retrata la vida de los perdedores de la Guerra Civil vista desde los ojos de Estrella, una niña de 8 años. Estrella siente gran animadversión por la figura de su padre, un médico y zahorí, quién con motivo de la guerra tuvo que dejar el sur por discrepancias ideológicas con su propio progenitor. Todo un ejemplo de como las ideas te pueden separar de tus seres más cercanos.
En las actuaciones todos dan lo máximo de sí mismos. Por un lado encontramos a dos actrices en el papel de Estrella. Tanto Sonsoles Aranguren en la niñez del personaje como Icíar Bollaín (sí, la directora) en la adolescencia cumplen con creces. La mejor actuación de la película, bajo mi punto de vista, nos la ofrece el italiano Omero Antonutti, quién interpreta a Agustín, el padre de Estrella. Pese a que por motivos obvios es doblado al castellano, su actitud contenida, mirada y lenguaje corporal hablan por sí solos; una de las mejores actuaciones que se pueden encontrar en nuestro cine. En el papel de la madre de Estrella encontramos a Lola Cardona, quién interpreta a un personaje que no es más que un símbolo, tal como lo era la madre de las niñas en "El espíritu de la colmena", en este caso Cardona representa la resignación. Especial mención merece la siempre correcta Rafaela Aparicio, que a pasar de salir en muy pocas escenas ofrece un papel muy digno, deleitándonos con esa vis cómica tan propia de ella y a la vez con una sensibilidad abrumadora, demostrando que podía actuar en cualquier género.
De obligada mención es la fotografía de José Luis Alcaine, ayudando a crear esas atmósferas tan lúgubres propias de el norte, que es donde se desarrolla íntegramente la película. La luz juega un papel muy importante en escenas muy puntuales del film. La iluminación, claramente tenebrista, enfoca aquello que el director quiere que veamos en todo momento, recordándonos a obras pictóricas de Caravaggio. Un claro ejemplo es la escena en la que Agustín enseña a Estrella a utilizar el péndulo de zahorí.
El guión de esta historia, basada en un relato de Adelaida García Morales, es rodado de forma que el espectador sea capaz de identificar elementos que se contraponen entre niñez y adolescencia de Estrella (detalles en el apartado de "spoiler"). Escenas calcadas en cuanto a guión, pero que adquieren un significado muy distinto. El guión de "El Sur" no deja de ser el péndulo que Agustín regala a Estrella al principio del film, ese péndulo con el que Erice nos maneja y muestra como evolucionan los acontecimientos.
Termino la crítica dando las gracias a Erice por esta obra maestra absoluta de nuestro cine. Una película que callará las bocas a más de uno que menosprecia todo cuanto se hace en España. "El Sur" es cine con mayúsculas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Hay dos escenas que muy claramente contraponen niñez y adolescencia de Estrella.
La primera es aquella en la que Estrella observa a su padre a través de la ventana de un bar escribiendo una carta a una tal Irene Ríos. Estrella golpea el cristal para que su padre se dé cuenta de que está allí. La actitud de Agustín es la de un hombre al que han pillado en falta, y resignado, sale a hablar con ella. Mientras que ya en la adolescencia, Estrella volviendo de noche hacia su casa, y tras pararse a observar su retrato en el escaparate de una tienda de fotos, ve que su padre sale del mismo bar. Estrella camina hacia él hasta que ve que es incapaz de encenderse un cigarro, en ese momento la expresión de la joven denota pena. Agustín consigue que alguien le dé fuego, pero Estrella no quiere que la vea y se esconde dentro de un portal. Con actitud melancólica y mientras es observado por su hija, Agustín se para a mirar ese mismo escaparate donde figura la foto de una sonriente Estrella. La actitud del padre es la de un hombre derrotado que lo ha perdido todo, pues Estrella ya averiguó por su cuenta detalles del pasado de su padre que destruían por completo la idea que tenía de él.
La otra escena que ilustra la contraposición es la del restaurante del Gran Hotel (para mi la mejor escena que se ha rodado en el cine español) donde padre e hija, comiendo, hablan de todo aquello que los ha separado con los años. Mientras ambos se encuentran en la esquina de un comedor, en la sala de al lado se celebra una boda. El clímax se alcanza cuando suena aquel pasodoble que tan alegremente bailaban padre e hija el día de la Primera Comunión de ella; misma música pero distinto significado, en la escena del pasodoble de la Comunión la cara se te ilumina al ver la alegría que siente Estrella porque su padre haya entrado a misa para verla comulgar, mientras que en la escena del pasodoble en el restaurante se te parte el alma. Estrella no abandona el restaurante sin antes asomarse a la sala en la que una pareja de novios recién casados baila esa melodía. En la cara de la joven vemos la tristeza y la resignación, pues anhela aquellos tiempos en los que bailaba esa misma música con su padre, ignorando la triste realidad que la rodeaba. Brutal.
"Le dejé ahí, sentado junto a la ventana, escuchando aquel viejo pasodoble. Solo, abandonado a su suerte."
Una vez más, gracias Víctor Erice por esta joya, independientemente de que sea una obra inacabada porque el productor no quisiera salirse del presupuesto. Honestamente, soy de los que piensan que de haberse completado la hora de metraje que le falta a "El Sur", seguiría siendo igual de redonda. En una entrevista, Erice desveló que en esa segunda parte de la película Estrella viajaba al sur, donde conocía a su tío, quién iba a ser interpretado por Fernando Fernán-Gómez, y descubría también que tenía un hermanastro, fruto de la relación de su padre con la actriz Irene Ríos. Estrella completaba así un viaje físico y espiritual, cual R. L. Stevenson en "En los mares del sur". La historia concluía con otra escena contraponiendo pasado y presente. Esta vez Estrella, antes de regresar al norte, le regalaba a su hermanastro el péndulo de su padre, enseñándole a utilizarlo con las mismas palabras con las que lo hizo Agustín años atrás.
"La noche antes de la partida no pude dormir, aunque no lo demostrara, yo estaba muy nerviosa. Por fin iba a conocer el sur."
La primera es aquella en la que Estrella observa a su padre a través de la ventana de un bar escribiendo una carta a una tal Irene Ríos. Estrella golpea el cristal para que su padre se dé cuenta de que está allí. La actitud de Agustín es la de un hombre al que han pillado en falta, y resignado, sale a hablar con ella. Mientras que ya en la adolescencia, Estrella volviendo de noche hacia su casa, y tras pararse a observar su retrato en el escaparate de una tienda de fotos, ve que su padre sale del mismo bar. Estrella camina hacia él hasta que ve que es incapaz de encenderse un cigarro, en ese momento la expresión de la joven denota pena. Agustín consigue que alguien le dé fuego, pero Estrella no quiere que la vea y se esconde dentro de un portal. Con actitud melancólica y mientras es observado por su hija, Agustín se para a mirar ese mismo escaparate donde figura la foto de una sonriente Estrella. La actitud del padre es la de un hombre derrotado que lo ha perdido todo, pues Estrella ya averiguó por su cuenta detalles del pasado de su padre que destruían por completo la idea que tenía de él.
La otra escena que ilustra la contraposición es la del restaurante del Gran Hotel (para mi la mejor escena que se ha rodado en el cine español) donde padre e hija, comiendo, hablan de todo aquello que los ha separado con los años. Mientras ambos se encuentran en la esquina de un comedor, en la sala de al lado se celebra una boda. El clímax se alcanza cuando suena aquel pasodoble que tan alegremente bailaban padre e hija el día de la Primera Comunión de ella; misma música pero distinto significado, en la escena del pasodoble de la Comunión la cara se te ilumina al ver la alegría que siente Estrella porque su padre haya entrado a misa para verla comulgar, mientras que en la escena del pasodoble en el restaurante se te parte el alma. Estrella no abandona el restaurante sin antes asomarse a la sala en la que una pareja de novios recién casados baila esa melodía. En la cara de la joven vemos la tristeza y la resignación, pues anhela aquellos tiempos en los que bailaba esa misma música con su padre, ignorando la triste realidad que la rodeaba. Brutal.
"Le dejé ahí, sentado junto a la ventana, escuchando aquel viejo pasodoble. Solo, abandonado a su suerte."
Una vez más, gracias Víctor Erice por esta joya, independientemente de que sea una obra inacabada porque el productor no quisiera salirse del presupuesto. Honestamente, soy de los que piensan que de haberse completado la hora de metraje que le falta a "El Sur", seguiría siendo igual de redonda. En una entrevista, Erice desveló que en esa segunda parte de la película Estrella viajaba al sur, donde conocía a su tío, quién iba a ser interpretado por Fernando Fernán-Gómez, y descubría también que tenía un hermanastro, fruto de la relación de su padre con la actriz Irene Ríos. Estrella completaba así un viaje físico y espiritual, cual R. L. Stevenson en "En los mares del sur". La historia concluía con otra escena contraponiendo pasado y presente. Esta vez Estrella, antes de regresar al norte, le regalaba a su hermanastro el péndulo de su padre, enseñándole a utilizarlo con las mismas palabras con las que lo hizo Agustín años atrás.
"La noche antes de la partida no pude dormir, aunque no lo demostrara, yo estaba muy nerviosa. Por fin iba a conocer el sur."