Con diferencia, es la peor de la trilogía. Aún así es una película entretenida que permite varios visionados y que sería de culto si no perteneciera a tan legendaria saga.

El Doc Brown enamorado, aplomado y obsesionado con permanecer en 1885 le quita muchos enteros, pues el personaje de Lloyd era un claro sostén de la trilogía con su locura, su soltería crónica, su intachable moral y su afán de conocer distintos períodos de la historia con la máquina del tiempo, a pesar de ser consciente de que podría modificar determinados eventos y cambiar la historia. Aquí el hombre está más conservador y prudente que nunca y, lógico, le quita dinamismo al film.

Algunos dicen que a estas alturas el guión no daba para más. No coincido. Pocos tópicos tienen tanto potencial como los viajes en el tiempo, no obstante aquí no se aprovechó. Recordemos que ésta y su antecesora se filmaron al mismo tiempo, y por lo visto toda la inspiración argumental se focalizó en la 2.

De todos modos, es un dignísimo final para una franquicia inmortal.