Hay películas que las empiezas a ver con la peor de las predisposiciones, esta es una de ellas. Lo sorprendente es encontrarse pasando un rato agradable, sin pretensiones y verla entera. No es tan graciosa como pretende, pero tampoco tan mala como cabría esperar viendo un casting catódico a mas no poder y la típica historia tirando a comedia americana a la española.
Un enredo sin pretensiones y con alguna situación realmente divertida muy pasada de rosca. Eso si, falta carne, una película con este título no puede ser tan recatada a la hora de ofrecer desnudos, la única que enseña es Salomé Jiménez, los demás...recataditos.