Es inevitable ver paralelismos entre La isla mínima y True Detective a pesar de que seguramente se han creado a la par y ninguna haya influenciado a la otra.
En los dos casos se nos muestran unos thrillers muy oscuros, protagonizados por auténticos antihéroes y situados en el pasado. La ambientación de lujo (impecable y creíble) de un pasado muy cercano para los que empezamos a peinar canas, ese tiempo de los R5, la España del primer post-franquismo, en la cual aún quedaban residuos y vicios de la dictadura es sin lugar a dudas el mayor acierto de este peliculón todo ello unido a una narración impecable, suspense y tensión de principio a fin y una colección de actorazos en estado de gracia (si obviamos al guapete de Jesus Castro).
Ha cumplido con mis altas expectativas, altamente recomendable.